Casi 3.000 niños pidieron ayuda por ser víctimas de maltrato en su hogar
La Fundación Anar alerta de que la violencia contra los menores crece un 40%
Niño de 12 años: “Me pegan como a alguien mayor, me pegan con la mano y el pie. Mi abuela me pega con el palo de la escoba, con una sandalia o el cinturón. Mi padre, con el cable del cargador. No tengo amigos en el colegio...”.
Concentradas en la cuestión del abuso escolar (bullying), las causas y sus soluciones, la población en general y las instituciones en particular han dejado de lado un tipo de maltrato que hace mucho más daño al pequeño, un dolor que le acompañará toda la vida: la violencia intrafamiliar, cometida en el propio hogar, en ese lugar que debe ser refugio para los pequeños y donde se supone que reciben los valores que les ayudarán en su etapa adulta. Según el informe anual de la Fundación Anar (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo), en el 2015 recibieron casi 3.000 llamadas de menores pidiendo ayuda por este tipo de violencia. En 1.229 casos, el maltrato fue físico, en 882, psicológico, 435 llamadas refirieron abuso sexual y 406, abandono. Una barbaridad que tiene consecuencias nefastas para los pequeños, señalan desde esta fundación.
La violencia intrafamiliar no es la única violencia que sufren los niños. Según los datos facilitados ayer por la Fundación Anar, se ha incrementado la violencia contra los menores más de un 40% respecto al año anterior, incluyendo también la violencia de género entre adolescentes y el acoso escolar. Del total de 8.500 llamadas de menores recibidas, el 53% hacían referencias a una situación de violencia.
Pero aún hay más. En la presentación de la memoria del 2015, los responsables de esta entidad señalaron que la violencia no sólo ha aumentado de manera considerable, sino también la gravedad. Desde el teléfono Anar se han realizado casi dos intervenciones urgentes diarias para poner a salvo a un menor, asegura Benjamín Ballesteros, director de programas de la fundación.
Un dato escalofriante es que en la mitad de los casos estudiados los menores relatan sufrir la violencia a diario y desde hace más de un año. “La violencia intrafamiliar ni se escucha ni trasciende, es la gran olvidada pese a su incremento”, indica Ballesteros.
Las consecuencias para los niños son nefastas ya que la violencia se convierte en un modelo de vida para el menor, un ejemplo que le dan sus padres válido para poder resolver las dificultades cotidianas, pues son sus referentes emocionales. El menor aprende a ser violento.
A esto se suma, señalan, las dificultades emocionales de los menores que llaman a este teléfono (900-202-010) y sus familias, que están en la base de muchos de los conflictos y situaciones de violencia, donde emociones como ira y frustración no se gestionan adecuadamente. El maltrato psicológico, continúan los responsables de la fundación, genera una mentalidad en el niño de “soy malo, merezco ser castigado” o “no valgo”, que repercutirá en su autoestima.
La Fundación Anar atendió 573 casos de acoso escolar, frente a los 328 del 2014, lo que supone un incremento del 75%. Además, se trataron un total de 1.741 casos de violencia de género en el 2015, frente a los 1.110 del 2014. De los casos de violencia de género registrados en 2015, 318 fueron de menores adolescentes.
Desde esta entidad se alerta del “inquietante aumento de casos relacionados con ideación e intento de suicidio y autolesiones”, fenómeno que se está convirtiendo en una preocupante tendencia entre los adolescentes.
En relación con el intento de suicidio y la ideación suicida, en el 2015 se registraron 381 casos. El 74% de esos casos fueron protagonizados por mujeres. Además, se ha dado el “terrible agravante” de que el año pasado se produjeron 26 casos de menores de 10 años con ideación suicida o intento de suicidio, indica el informe.
“Me pegan como a alguien mayor, con la mano y el pie; me pega mi abuela (...), mi padre con el cargador”