Pedigrí socialdemócrata
Los socialistas alertan de que Podemos es “incapaz” de gestionar el Estado
Alfredo Pérez Rubalcaba sale en defensa del pedigrí socialdemócrata del PSOE , disputado ahora por Podemos: “Ante tanto disparate sólo cabe preguntarse si lo de Iglesias es ignorancia o impostura”.
Hasta Alfredo Pérez Rubalcaba, que suele mantenerse en un discreto segundo plano, estalló. “Preguntado por su obra favorita de Kant, Pablo Iglesias aconsejó la Ética de la razón pura, un libro que el filósofo alemán jamás escribió. A propósito de Andalucía, confundió el referéndum del 28 de febrero de 1980, previsto en la Constitución, con un referéndum de autodeterminación”, rememoró ayer el exvicepresidente del Gobierno algunos de los últimos patinazos del líder de Podemos. “Y ahora defiende que Marx y Engels, autores del Manifiesto Comunista, eran socialdemócratas. Ante tanto disparate sólo cabe preguntarse si lo de Iglesias es ignorancia o impostura”, zanjó Rubalcaba.
Iglesias le puede haber comido terreno al PSOE, también votos y escaños, pero que encima intente atribuirse la bandera de la socialdemocracia en España para enmascarar su otrora autoproclamado comunismo –más evidente ahora con su alianza con IU bajo los auspicios de Julio Anguita–, ya es demasiado. La pretensión de Iglesias de colgarse esta etiqueta más amable ante el electorado, eso sí, tiene un efecto balsámico en un desanimado y dividido PSOE, ya que todas las partes enfrentadas, fieles y críticos de Pedro Sánchez, veteranos y bisoños, unen fuerzas, esta vez sí, para reivindicar al unísono la socialdemocracia. Este es el proyecto político al que está adscrito el PSOE desde que Felipe González enterró la filiación marxista del partido allá por 1979. Y desde Pedro Sánchez y Susana Díaz hasta el último militante de la última agrupación del PSOE, no están dispuestos a dejárselo arrebatar por el nuevo Pablo Iglesias.
“No existen los socialdemócratas de Podemos. Cuando en la vida pública uno se arroga ser de una cosa y ser de otra, en función del interés y de tácticas electorales, finalmente se desvela como lo que es: un farsante”, atizó César Luena. Y Antonio Hernando tiró de ironía: “Algunos se creen que esto de convertirse en socialdemócratas se consigue tomándose una pastillita y poniéndose una corbata estrechita durante 5 días. Es una actitud un poco patética la que mantiene Pablo Iglesias diciendo que ahora se ha convertido a la socialdemocracia”. Susana Díaz también bromeó con la “mutación” de Iglesias: “Éste, que era comunista y nos llamaba casta, aparece ahora reivindicando la socialdemocracia. ¿Los ciudadanos le comprarían un coche de segunda mano? Yo no, ni aunque me dijese que es nuevo”.
Pero más allá del debate sobre la corriente política en la que quiera remar Iglesias, lo que advierten los socialistas, sobre todo con experiencia de gobierno, es que Podemos es “incapaz” de gestionar la administración y las estructuras del Estado. “Puede que dentro de cuatro años o más sí, pero desde luego ahora no están preparados”, apunta una veterana que fue secretaria de Estado y conoce bien a Iglesias. “La administración del Estado es algo mucho más complejo que ser ministro.
El equipo de Sánchez desmonta el nuevo programa económico de Podemos: “Nos están tomando el pelo”
¿Pero alguien se imagina una comisión de subsecretarios en la Moncloa formada por miembros de Podemos?”, se pregunta.
La prueba de su inexperiencia, insisten en el PSOE, se vive cada día en los grandes ayuntamientos que gobiernan desde hace un año. “La gestión de muchos de esos ayuntamientos deja mucho que desear, como gestores no son muy buenos”, aseguró ayer César Luena.
El equipo de Pedro Sánchez, por lo pronto, analizó en detalle el nuevo programa económico que presentó Podemos como un folleto de Ikea. Y su conclusión fue inmediata: “Nos están tomando el pelo. Prometen lo mismo que el 20-D, pero ahora cuesta menos. ¿Están de oferta o se trata del outlet de Ikea?”. Y, pese a este “maquillaje” de la memoria económica del programa de Iglesias, sigue contemplando un aumento del gasto de 60.000 millones de euros, lo que en el PSOE consideran claramente contraproducente para la economía española.