Firmas revocatorias
La oposición venezolana gana el primer asalto de la pugna con el chavismo para celebrar un referéndum revocatorio del presidente Maduro.
La oposición venezolana ganó el primer asalto en la tortuosa pugna que mantiene con el régimen chavista para que se celebre un referéndum revocatorio del mandato del presidente Nicolás Maduro. Las autoridades electorales validaron 1,3 millones de firmas, de un total de 1,8 millones de adhesiones presentadas por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en apoyo de la consulta popular, aunque sólo se requerían unas 200.000 (1% del censo) para solicitar la activación del proceso, establecido en la Constitución bolivariana de Venezuela.
Superada esta exigencia inicial, a la MUD le espera una carrera de obstáculos contrarreloj. El siguiente escollo que sortear es el cotejo de firmas. Una condición inexistente en el reglamento, que el Consejo Nacional Electoral (CNE, bajo control del oficialismo) se sacó de la manga a última hora para dilatar los tiempos de la convocatoria. Así, los venezolanos que apoyan la iniciativa y cuyas firmas fueron validadas deberán reafirmar con su huella digital que las firmas son suyas.
La oposición exige al CNE que informe de inmediato sobre la ubicación de los centros de cotejo y el tiempo para llevarlo a cabo, que no debe superar los cinco días.
“Esta no es una carrera de 100 metros planos. Si el CNE no publica el lapso de validación este miércoles (por ayer), volveremos a movilizarnos”, sentenció el excandidato presidencial Henrique Capriles, quien el martes encabezó una manifestación en Caracas, disuelta con gases lacrimógenos por la policía.
La MUD acusa al CNE de actuar al dictado del régimen y demorar el proceso para postergar el referéndum al 2017, cuando se cumplen cuatro años del mandato presidencial. La Constitución establece que si la consulta se celebra este año y Maduro la pierde, se convocarán elecciones presidenciales. Pero si la votación se lleva a cabo el próximo año, el jefe del Estado sería sustituido por el vicepresidente, nombrado a dedo por el mandatario saliente. Las más recientes encuestas coinciden en que siete de cada diez venezolanos quieren un cambio de gobierno. Las protestas ciudadanas y los intentos de saqueo ante la escasez generalizada de alimentos y medicinas se multiplican por todo el país, al borde del estallido social.
El secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Torrelba, aseguró que era posible, desde el punto de vista técnico, que la consulta se realice “a más tardar en octubre”, y denunció las maniobras del chavismo para boicotearlo. “Van a instaurar un sistema paralelo de exclusión de firmas (en el mecanismo de cotejo). La idea es que las personas tengan la oportunidad de decir: ‘Yo firmé, pero me arrepentí’. Eso, por supuesto, es un pretexto para abrir una cacería de brujas inmensa en los ministerios y en las oficinas de la Administración pública”, aseguró el dirigente opositor.
Una vez concluya el trámite sobrevenido de la ratificación de adhesiones, la oposición deberá recolectar otros cuatro millones de firmas (20% del censo electoral) para que finalmente el CNE convoque el referéndum revocatorio.
Maduro, en tanto, endurecía su discurso, excluyendo toda opción que implique llamar a las urnas. En su programa televisivo de los martes por la noche, argumentó: “Más del 30% del paquete (de firmas) que entregaron es ilegal y defectuoso”, por lo que la celebración del revocatorio “está invalidada”. No obstante, admitió de forma implícita que la MUD podría lograr su objetivo y expulsarlo del poder, al esgrimir una de sus habituales amenazas: “Más temprano que tarde, vendremos a por ustedes y la revolución se hará, de otra forma, pero se hará”.