Podemos rebaja su aumento del gasto y mantiene el alza fiscal
Iglesias reduce de 96.000 a 60.000 millones el plus que promete
Podemos ha redecorado su programa electoral mediante un tajo sustancial en su proyección de aumento del gasto público, que de los 96.000 millones de euros previstos en su oferta del 20-D para toda la legislatura pasa a 60.000 millones. Las subidas en la recaudación de impuestos, centradas en subir el IRPF para los tramos de rentas a partir de los 60.000 euros y reformar el impuesto de sociedades, se mantienen no obstante. Y todo envuelto en un impactante formato de papel que copia sin disimulos el diseño de los catálogos de Ikea para, con fotos de Pablo Iglesias regando plantas o de Íñigo Errejón estudiando en el sofá, convertir el texto en “el programa más leído de la democracia española”, dijo la secretaria de Programas de la formación, Carolina Bescansa.
Maniobras de marketing aparte, el responsable del área económica de Podemos, Nacho Álvarez, tuvo que concentrar sus esfuerzos durante la presentación del programa en explicar esa reducción de un tercio en el incremento del gasto público. El dirigente esgrimió como principal argumento la “adaptación” a las nuevas cuentas que Rajoy presentó a Bruselas hace unas semanas tras haber in cumplido las previsiones de reducción del déficit y haber generado una factura imprevista de 9.000 millones de euros.
Dentro del documento, Podemos menciona además el empeoramiento en las previsiones internacionales de crecimiento. Y señala que “en ningún caso la respuesta adecuada a esta (nueva) situación es efectuar nuevos recortes”. Pero asume que sí se hacía necesario “ajustar nuestras previsiones al nuevo punto de partida y al nuevo escenario económico”, lo que “en modo alguno significa desnaturalizar las principales líneas de nuestras propuestas económicas y, en particular, la de abandonar definitivamente la política de austeridad”, indican los redactores del programa: una larga y elocuente aclaración para tratar de explicar el cambio sin duda más notorio desde la campaña de los comicios anteriores.
Los 15.000 millones adicionales en el gasto público que implica ese total de 60.000 millones para todo el mandato favorecerían y estarían en línea con un aumento del 3,5% anual del PIB, precisó Álvarez. Y lo más esencial: dicha inyección económica, junto con las políticas industriales y de impulso al I+D+I, reduciría la tasa de paro al 11%: una meta inferior, sin embargo, a la del 9% de desempleo que el partido plasmó en el programa anterior.
¿De dónde saldría el dinero para incrementar el gasto? Básicamente, de una reforma tributaria que aportaría 37.900 millones adicionales; de un aplazamiento hasta el 2019 de la reducción del déficit por debajo del 3%, que proporcionaría 8.000 millones, y de un “efecto multiplicador del crecimiento” que traería consigo 14.100 millones más de recaudación.
Las principales medidas fiscales –idénticas a las del programa del 20-D–, consistirían en aumentar los tramos del IRPF a partir de los 60.000 euros para elevar progresivamente el tipo marginal de cada tramo desde el 45% actual hasta el 55% para rentas de más de 300.000 euros; en resituar en el 30% el tipo general del impuesto de Sociedades y acercar sus tipos efectivos a los nominales, y en mejorar la lucha contra el fraude. Cada una de esas acciones aportaría 10.000 millones de euros. A ellos se añadirían más de 7.000 millones a través de tributos verdes y sobre transacciones. Una cuentas ambicionas, pero menos utópicas que las anteriores.
El partido envuelve su programa en un librillo igual que un catálogo de Ikea para que sea “el más leído”