Golpe a la maldad
LE apodan el General por su admiración por el desaparecido Muamar el Gadafi y tiene rasgos del inolvidable Harry Lime, el personaje de Graham Greene interpretado por Orson Welles. Si en El tercer hombre el negocio consistía en traficar con penicilina adulterada en la Viena de la posguerra, el negocio del siglo XXI es trasladar a los desheredados del mundo a Europa, con el agravante de que la mercancía puede desaparecer engullida por el Mediterráneo sin que nadie se entere ni sea llevado ante la justicia, de la misma forma que a Harry Lime le impresionaba muy poco el efecto de su penicilina adulterada.
El General es el eritreo Medhane Yedegho Mered, de 35 años, arrestado en Sudán tras una brillante operación conjunta entre el Reino Unido e Italia, país en el que ha sido ingresado en prisión acusado de la muerte de 359 personas frente a la isla de Lampedusa en el 2013 al naufragar el bote en el que viajaban, inapropiado para el número de ocupantes.
Una gran noticia: Italia ha logrado poner entre rejas por primera vez a un capo del tráfico de seres humanos. Esta acción sin precedentes supone un golpe a la maldad. Desde que se produjo aquel naufragio, la justicia italiana trataba de dar con los responsables de la tragedia de Lampedusa. La tenacidad judicial italiana y la eficacia de los servicios policiales británicos –que localizaron la guarida de Mered en Jartum, la capital de Sudán– permitieron interceptar numerosas conversaciones telefónicas de este singular hombre de negocios. Los naufragios no le provocaban ningún remordimiento. Al contrario, le animaban a bromear y burlarse de las víctimas. Su única preocupación era rentabilizar al máximo cada travesía de la ruta que va de Libia –donde sobornaba sin problema a lo que queda de cuerpos policiales– a las costas de Italia.
“Medhane es totalmente indiferente a la vida humana”, han resumido las autoridades. Dirigía una red muy lucrativa. Se calcula que una expedición de 600 personas deja unos ingresos de 800.000 euros. Entre sus planes estaba instalarse en Suecia, donde reside su esposa, comprar una mansión en Eritrea y algunas propiedades en Dubái.
El General es el primer gran traficante humano capturado y conducido ante la justicia de un país europeo. Puede ser una pieza clave para mejorar la actuación contra ese invisible ejército de hombres de negocios para el que los naufragios son sólo un detalle de su actividad, con ramificaciones bancarias en Europa. El mensaje es esperanzador: el principio del fin de la impunidad de los grandes mercaderes.