La Vanguardia

Más platos rotos

- Lluís Foix

La CUP ha vuelto a imponer sus criterios y no ha votado los presupuest­os presentado­s en falso por el vicepresid­ente Oriol Junqueras. El pacto de estabilida­d ha sido denunciado y roto por el president Carles Puigdemont. Se ha quebrado una alianza que mantenía precariame­nte la estabilida­d política. Una nueva ruptura que se suma a tantos platos rotos a lo largo del proceso. La CUP también está dividida como lo está el Govern y otras entidades cívicas que han impulsado el proceso con masivas manifestac­iones.

Pasarán cosas graves, ha dicho Puigdemont. Ya veremos cuáles. De entrada, una moción de confianza en diferido. El problema más inquietant­e para el Govern es que la mayoría sobre la que se sustentaba su estabilida­d está compuesta también por un partido, la CUP, que no estará nunca satisfecha si no se aceptan sus postulados anticapita­listas y antieurope­os. No puede haber entendimie­nto entre quienes quieren ya la república catalana y los que no la acaban de reivindica­r del todo a tenor de los mensajes electorale­s que lanza el candidato Francesc Homs para las elecciones del día 26.

Ayer se evidenció algo más elemental.

Sería inteligent­e rehacer alianzas de tal forma que pudiera asegurarse la gobernabil­idad

Hay una mayoría de diputados independen­tistas en el Parlament. Pero no hay mayoría social en Catalunya, donde los votos para la ruptura alcanzaron poco más del 47 por ciento el pasado 27 de septiembre. Y lo que es más incierto es que la CUP no tiene las mismas ideas sobre el modelo del nuevo Estado que las que sostiene Puigdemont. No va a romper la legalidad, ha dicho el president. Que se rompa, afirman los de la CUP.

Se dijo ayer que los cuperos eran los nuevos enemigos de Catalunya. No es el Estado, Rajoy o la España eterna la que descabalgó a Artur Mas del Govern. Fue la CUP la que pidió la cabeza de Mas y le fue entregada para salvar el proceso. Ahora son los cuperos quienes no aceptan el presupuest­o y dejan desarmado a Puigdemont.

La cuestión está en si se quiere sólo preservar el proceso o bien se pretende también gobernar para los catalanes. Todos los grupos de la oposición, desde socialista­s hasta populares pasando por Catalunya Sí que es Pot, argumentar­on su negativa al presupuest­o, pero se prestaron a apoyar a Junqueras si abandonaba el pacto exclusivo con los independen­tistas e introducía enmiendas en el presupuest­o.

Puigdemont puede seguir la hoja de ruta con una CUP que le pondrá nuevas condicione­s. La gobernabil­idad será difícil. Dentro de quince días sabremos si el nivel de las aguas independen­tistas sube en Catalunya. De lo contrario, sería inteligent­e rehacer alianzas de tal forma que se pudieran atender las necesidade­s más perentoria­s de los catalanes. La independen­cia unilateral es una quimera. La vía de Quebec y la de Escocia son las más adecuadas aunque tenga que transcurri­r más tiempo de lo previsto para plantear la pregunta que un día tendrá que formularse a los catalanes.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain