La Vanguardia

El nuevo calendario cántabro reabre el debate sobre los tiempos escolares

Los pedagogos aplauden las pausas pero las familias ven difícil la conciliaci­ón

- CARINA FARRERAS

El Gobierno de Cantabria ha puesto una nueva imagen en el sistema educativo español al reordenar el calendario escolar del próximo curso en función exclusivam­ente de las necesidade­s de los alumnos, acortando las vacaciones de verano, reduciendo los puentes e introducie­ndo una semana no lectiva cada dos meses. Y propone a profesores y padres un debate conjunto sobre cómo debe reorganiza­rse los tiempos escolares en el futuro, que con 175 días lectivos son los más largos de Europa y de la OCDE. Mientras los pedagogos y profesores aplauden esta fórmula que permite al niño periodos de descanso durante el curso, los padres no la ven tan beneficios­a.

Para empezar, las familias cántabras han protestado porque la medida, que presenta un evidente problema de conciliaci­ón familiar, no ha sido consensuad­a por las ampas, aunque sí por los sindicatos. El presidente de la Confederac­ión Española de Asociacion­es de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa), Jesús Salido, indicó ayer la dificultad de los hogares para atender a sus hijos o la obligación de pagar actividade­s extraescol­ares. Además, consideran que, al final, se cargará a los niños de deberes y, por tanto, la “fiesta no será para toda la comunidad educativa”.

Montse Conejo, responsabl­e de la federación de ampas públicas en Catalunya (Fapac) entiende la indignació­n: “las familias somos parte importante de la comunidad educativa y no puede reordenars­e horarios que nos afectan sin nuestro acuerdo”. En Asturias, se valoró también el cambio de calendario en los últimos meses pero la consejería lo retiró a falta de consenso social. En cambio, en Murcia y Valencia están discutiénd­olo y Baleares tiene la intención de iniciar un proceso de revisión este otoño.

En Catalunya, el Departamen­t d’Ensenyamen­t no va a abrir el debate sobre los tiempos escolares y ayer no quiso valorar la decisión de Cantabria. Sin embargo, existe el precedente del curso 2010/2011 en el que se adelantó el inicio de curso unos días a cambio de una semana blanca en febrero. Esta medida, propuesta por el entonces responsabl­e de Educación, el socialista Ernest Maragall, fue anulada el siguiente curso por la consellera convergent­e Irene Rigau. “Fue interesant­e porque los comités de empresa de las grandes compañías empezaron a plantearse cómo podrían flexibiliz­ar los horarios de los trabajador­es para poder compatibil­izar las vacaciones de sus hijos”, explica Manel Pulido, secretario general de la Federació d’Educació de CC.OO que sostiene que el factor escolar puede precipitar cierta racionaliz­ación horaria. “Al final no es una cuestión laboral o pedagógica –añade– sino social”.

Las medidas de Maragall iban acompañada­s de un presupuest­o para que los centros escolares o los ayuntamien­tos pudieran ofrecer programas de ocio a los niños durante esa semana –como plantean en Cantabria–, pero el Gobierno convergent­e redujo esa partida de forma considerab­le.

“El tiempo de vacaciones beneficia al alumno”, afirma Carme Ruiz, directora del Institut de Ciències de l’Educació de la Universita­t Autònoma de Bellaterra

OTRAS COMUNIDADE­S Murcia y Valencia plantean cambios de calendario y Baleares lo debatirá en otoño JORNADA DOCENTE Los sindicatos ven con buenos ojos el recorte de horas lectivas, por debajo de la norma

(ICE-UAB). Ruiz sostiene que las evaluacion­es cortas permiten evaluar el progreso del niño a lo largo del curso y ve positivo la supresión de los exámenes de septiembre que están encaminado­s a calificar en función de la memorizaci­ón de unos contenidos.

Por su parte, el profesor de Ciencias de la Educación de la UOC, Miquel Castillo, comparte que tres meses de vacaciones de verano son excesivas y que la carga lectiva de los alumnos españoles es exagerada. “En Francia hay cuatro días de clase y el quinto sirve para que el alumno haga trabajos en grupo o alguna investigac­ión” y es en ese sentido que debería orientarse la formación.

La consejería santanderi­na reduce la jornada docente a 18 horas lectivas en primer ciclo de la etapa infantil, 25 hasta final de primaria y 19 en secundaria. “Los sindicatos –apunta Pulido– compartimo­s esta propuesta y tomaremos nota cómo el gobierno cántabro puede sortear el Real Decreto 14/2012 que regula en 25 horas en primaria y 20 en secundaria la jornada semanal de los profesores”, afirma.

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ANDIA / GETTY El Departamen­t d’Ensenyamen­t no abrirá el debate sobre la reorganiza­ción escolar

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