Comercios de Gràcia piden a Colau que tome las riendas del conflicto okupa

Numerosas entidades comerciales del barrio de Gràcia pidieron ayer a la alcaldesa Ada Colau que tome las riendas de la gestión del conflicto que desencadenó el desalojo del Banc Expropiat. Una quincena de asociaciones denuncian que se sienten desamparadas, que entienden que el Ayuntamiento, y sobre todo la alcaldesa Colau, podría implicarse mucho más en la defensa de sus intereses, que las protestas del sábado pasado les arruinaron otra jornada de trabajo, espantaron una vez más a sus clientes, les dejaron con un montón de género sobrante, de carne y de pescado que a la postre no pudo venderse. “Al final te lo tienes que comer tú”. “O tirarlo a reciclar”. “Nos están reventando los mejores días”.

El portavoz de estos comerciantes entregó en la sede del distrito un escrito dirigido a la alcaldesa que denunciaba que muchos vecinos viven ahora atemorizados, que lamentaba que no están recibiendo ningún tipo de apoyo institucional. “El problema lo han de solucionar los políticos, y no los vecinos”, puede leerse en el manifiesto. A pesar de que esta semana los okupas del Banc Expropiat anunciaron que estaban dispuestos a no realizar más manifestaciones, estos comerciantes entienden que la solución del problema aún está pendiente. “Exigimos de forma urgente al Ayuntamiento y la alcaldesa a buscar una solución definitiva que recoja el sentir mayoritario de los vecinos. También exigimos a las administraciones que traten igual a todo el mundo”. Estas quejas proceden de los tenderos del mercado de la Abaceria, y de comerciantes y hosteleros de las calles del entorno, de las proximidades del Banc Expropiat. Otras entidades del barrio eludieron apoyar este manifiesto especialmente crítico con la gestión municipal del conflicto.

Y mientras se entregaba el escrito, la plaza de la Vila de Gràcia se convirtió en el improvisado escenario de las quejas de muchos comerciantes y restauradores. “Es que estamos perdiendo a la gente joven, que viene sólo los sábados”. “Y a los mayores de fuera del barrio que ahora prefieren no venir”. “Y los restaurantes también nos están comprando menos, porque mucha gente suspende las reservas”. “Sí, yo no he podido poner la terraza más de una vez. A la gente no le gustan todos estos follones”. Algunos de ellos también explicaron que el pasado sábado varios comerciantes de la Abaceria se enfrentaron con algunos okupas que se habían plantado delante del equipamiento. Afortunadamente la tensión se contuvo. Los tenderos quieren que la alcaldesa se reúna con ellos antes de siete días.