90 años del Transversal
El Transversal celebra ahora el 90.º aniversario de su inauguración. Pero resulta que aquella gran aventura constructiva, con un singular despliegue de técnica y profesionalidad, había principiado mucho antes.
He aquí una historia que merece ser evocada, aunque mediante una síntesis forzada, porque acaba de ser publicado un libro (El metro Tranversal de Barcelona 1926-2016 , de MAF editor), en el que Joan Alberich y Ramon Lascorz lo relatan todo con rigor y un gran despliegue gráfico: hará las delicias de los amantes del género, que son muchos y apasionados.
Aunque no fue el primero (el Gran Metro había sido puesto en circulación dos años antes), ha sido el más popular y utilizado. Su origen tenía que ver con el propósito de tender un enlace subterráneo entre los dos ferrocarriles ya existentes; esta idea fue alumbrada en 1912 por el ingeniero Fernando Reyes.
El proyecto planteaba el objetivo razonable de resolver la conexión entre dos compañías: MZA y Norte. Fuerza es reconocer que la propuesta fue mal recibida por ambas, al maliciar que podía mermar el disfrute de sus derechos y concesiones.
Las ideas cobraron visos de realidad cuando fraguó el acuerdo entre capitales vasco y catalán, lo que fructificó en la nueva empresa F.C. Metropolitano de Barcelona, S.A. (Tranversal). La sociedad la presidía Horacio Echevarrieta, quizá el más acaudalado de su país, mientras que, entre las incorporaciones locales, destacaban el ingeniero Eusebi Maëder y el banquero Lluís Marsans. Al poco se amplió sensiblemente el capital con la entrada del Ayuntamiento.
Se trataba, pues, de construir el primer tramo de la línea, que pasaría a unir la Bordeta con la plaza Catalunya.
El acto simbólico de echar la primera paletada se cumplió con la relevante escenografía deseada. Alfonso XIII cumplió el ritual cabe la plaza de toros Les Arenes, acompañado por José Sánchez Guerra, presidente del Consejo de Ministros.
La obra se llevó a cabo básicamente mediante la perforación de un túnel. En la plaza Catalunya se desplegó toda la espectacularidad constructiva, al emplazar el colosal puente viga, proyectado por el ingeniero Esteve Terradas; fue aquí donde la tradicional curiosidad ciudadana pudo ser saciada, al admirar el eficaz despliegue profesional.
Intervinieron en conjunto unos tres mil obreros, mientras que el túnel progresaba a razón de ocho metros diarios.
Hubo que encajar una huelga. Hubo que lamentar un accidente muy grave: el hundimiento acaecido a la altura de la calle Villarroel, que provocó la muerte de once trabajadores e hirió a nueve de los 30 que en aquel punto desarrollaban su labor.
La esperada inauguración tuvo efecto el 10 de junio de 1926 por la mañana, mientras que la entrada en servicio se materializó a primera hora de la tarde. La historia del Transversal ha sido la de una eficacia probada.
El 10 de junio de 1926 se inauguró el primer tramo: pasó a enlazar la Bordeta y la plaza Catalunya