Los islamistas filipinos de Abu Sayaf matan a un rehén canadiense
La violencia terrorista se volvió a adueñar ayer del sur de Filipinas. El grupo extremista islamista Abu Sayaf ejecutó a un rehén canadiense, secuestrado en septiembre, al vencer el plazo del rescate. Es la segunda víctima de nacionalidad canadiense que muere en menos de dos meses a manos de esta milicia que ha jurado lealtad al autodenominado Estado Islámico.
Abu Sayaf volvió a demostrar ayer su apego al dinero y el desprecio por sus secuestrados. Pasadas las tres de la tarde, hora local, el portavoz de esta organización, Abu Raami, anunció al diario Inquirer de Manila que habían ejecutado al ciudadano canadiense Robert Hall y que su cuerpo sería dejado en algún lugar de la ciudad de Jolo, en la isla de Sulu, en el profundo suroeste de Filipinas.
La milicia extremista cumplía así su amenaza de matar a otro rehén si no recibía en el plazo previsto un rescate de 600 millones de pesos filipinos (11,3 millones de euros). Una exigencia para dejar en libertad a Hall y al ciudadano noruego Kjartan Sekkingstad.
Ambos habían sido secuestrados en septiembre junto al canadiense Jonh Ridsbel, y la filipina Marites Flor (por quien no han pedido dinero) en un complejo hotelero del sur del país. Desde entonces todos los esfuerzos del ejército filipino por rescatarlos han fracasado. Ridsbel fue decapitado el 25 de abril, al expirar el primer plazo que impuso Abu Sayaf para cobrar el rescate.
Ayer por la mañana, pocas horas antes de ser asesinado, Hall pidió de nuevo ayuda, a través de unas declaraciones telefónicas al Inquirer. “Por favor, sacadnos de aquí”, reclamó al Gobierno filipino.
Pero de nada sirvieron sus súplicas. Ni tampoco la negociación de su familia, que ofreció 50 millones de pesos (933.333 euros), para compensar el rechazo oficial a negociar de Filipinas y Canadá.
Pocas horas después el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, desde Ottawa condenaba la brutalidad de los secuestradores y “la muerte innecesaria y a sangre fría” de Robert Hall.
Hall formaba parte de un grupo de cuatro secuestrados en septiembre por la milicia terrorista