De Pablo Escobar a YouTube
John Jairo Velásquez, alias Popeye, reconoce que mató con sus manos a unas 300 personas y que quizá intervino directa o indirectamente en otros 1.500 o 2.000 asesinatos. O colaboró en esos otros crímenes o los ordenó. Es algo que, aunque escalofriante, no debería extrañar porque era alguien con poder en el temido cártel de Medellín. Era el jefe de los sicarios del que fue durante años el enemigo público número uno en Colombia, Emilio Pablo Escobar Gaviria, conocido entre sus subordinados –y John Jairo lo era– como el Patrón.
La mano derecha de Escobar salió de prisión en el 2014 después de pasar algo más de 23 años entre rejas. Además de publicar un libro sobre sus vivencias en las diferentes prisiones colombianas donde ha estado, tras salir de las cárcel ha creado un canal de YouTube que día a día suma nuevos seguidores. Actualmente supera los 100.000 suscriptores. Hay quien cree, en Colombia especialmente, que no se merece esta especie de segunda oportunidad ni la notoriedad social que le han brindado las redes sociales, pero él, en conversación con este diario, se defiende proclamando su derecho a ser “un hombre nuevo” que, a través de sus vídeos, denuncia ahora el crimen y la corrupción. Su canal de YouTube se llama Popeye Arrepentido. Dice que tras tantos años de privación de libertad ha pagado la pena que la justicia le impuso.
Ante los ojos de la justicia, Popeye ha saldado las deudas con la sociedad, pero no toda ella se siente resarcida. “Hay un 5% de la gente que me odia y habla mal de mí, pero el 95% me apoya”, explica Velásquez. Uno de los reproches, que su nueva fama como youtuber ha avivado, es que no está arrepentido de sus crímenes y que jamás ha pedido perdón. Asegura que eso es mentira. “Yo he pedido perdón a muchas víctimas. El perdón debe estar sembrado sobre la verdad y la verdad es una piedra”, asegura Velásquez, que salpica su discurso de continuas figuras y metáforas. “Y Colombia no está preparada para la verdad”, remata.
“Las críticas que recibo –dice– son de los hijos de las víctimas y están en todo su derecho de hacerlo. Cuando estas personas quieran reunirse conmigo, yo me reúno con ellas. Me odian visceralmente, pero yo no les odio... Pero también tengo el amor de mucha gente que me ama”.
Explica Popeye que, como habla con claridad sobre los crímenes que cometió, parece que no esté arrepentido. “Sé que maté, descuarticé y sé que también lo hizo Pablo Escobar, pero ¿qué prefieren, un John Jairo como ése o el que tiene seguidores en YouTube?”, se pregunta en voz alta mientras subraya su nueva faceta de denunciante de la corrupción en América Latina. “Soy la única persona del cártel de Medellín que ha colaborado en el esclarecimiento de delitos de lesa humanidad y que ha cumplido 23 años de cárcel”, comenta.
“Sólo a los árboles que crecen les tiran piedras”, sigue con sus metáforas. “Sé que soy un bandido ranqueado en las peores prisiones de la República de Colombia y que mi profesor fue Pablo Escobar Gaviria, pero estoy buscando un nuevo lugar en la sociedad y me lo están dando los jóvenes”.
Popeye habla así porque asegura que una buena parte de los 114.300 suscriptores de su canal son jóvenes de su país y otros muchos de América Latina y también de España. “Antes mandaba a 150 sicarios, ahora tengo a mis seguidores. Ese es mi ejército de paz con el que hago atentados de paz”. De ese modo define sus explosivos vídeos en los que acusa con su verbo penetrante a quienes considera corruptos tanto en Colombia como en otros países como Venezuela, al que presta una especial atención. Es un firme detractor del chavismo. Le ha dedicado varias de sus grabaciones a Diosdado Cabello, actual diputado socialista en la Cámara caraqueña, que fue ministro y presidente de la Asamblea Nacional. Lo considera el auténtico líder venezolano y atribuye al presidente Nicolás Maduro un papel de comparsa.
Dedica a Cabello importantes acusaciones y lo compara con el que fue hombre fuerte de Panamá, Manuel Antonio Noriega, capturado y extraditado a Estados Unidos en 1990, donde fue acusado de narcotráfico. Allí fue juzgado y condenado. Popeye cree que Cabello podría seguir los pasos de Noriega. Ha retado al político venezolano desde las redes varias veces a que conteste a sus acusaciones.
No se cansa de denunciar supuestas injusticias y de citar a personalidades importantes de todo el mundo vinculadas a ellas. Y pese a ello asegura que no tener miedo alguno: “Si los chavistas van a enviar a un grupo a matarme a Medellín, bienvenidos sean porque no temo a la muerte. Yo tengo muchos enemigos, que se pongan en la fila. Yo siempre he dicho que a mí no me pueden matar. Ya estoy muerto”.
Popeye dice que no va a parar. Que se siente ahora un “activista político” que no va a dejar de hacer lo que hace porque tiene una “responsabilidad con los seguidores” de su canal de YouTube.
El exjefe de sicarios del
cártel de Medellín triunfa
en las redes sociales tras 23 años en la cárcel “Las críticas que recibo son de los hijos de las víctimas y están en todo su derecho de hacerlo”