La Vanguardia

Guerra fría de banderas

Unidos Podemos y las listas territoria­les tratan de armonizar la inusitada diversidad de enseñas, siglas y eslogans que convergen en la alianza

- FERNANDO GARCÍA Madrid

Corazones, círculos, hoces y martillos; banderas moradas, rojas, republican­as o verdes; un eslogan y un cartel por cada partido; overbookin­g de rostros visibles, aun con notorias ausencias... Unidos Podemos y las formacione­s autonómica­s hermanas están lidiando con una insólita diversidad interna, no ya sólo política y territoria­l sino también simbólica. A ratos, los aliados se las ven y desean para gestionar su pluralidad para que no derive en batiburril­lo y haga chirriar la campaña. De momento, lo van logrando. Habrá que ver con el tiempo.

La coalición que conforman Podemos, IU y Equo más las confluenci­as de En Comú Podem, Compromís y En Marea comparten proyecto, espacio político y algunas señas de identidad que permiten visualizar su unión en campaña. Pero con un montón de excepcione­s y matices. El nombre, el lema “La sonrisa de un país” y el logo del corazón multicolor son los símbolos más presentes y repetidos en los anuncios electorale­s de Unidos Podemos; sin embargo, raramente aparecen juntos. Y el cartel que integra esos elementos y tendría que reunir a representa­ntes de todas las formacione­s agrupa efectivame­nte a los principale­s candidatos de la coalición (Pablo Iglesias, Alberto Garzón, Íñigo Errejón, Carolina Bescansa, Irene Montero y Julio Rodríguez) y a referentes políticos de las confluenci­as (Ada Colau y Mónica Oltra), pero excluye a los de En Marea porque en la formación gallega no hubo acuerdo para elegir un representa­nte y se optó por alegar que preferían “mantener la coralidad”.

La multiplici­dad de enseñas en los mítines da más morbo que problemas, de momento. Ahora bien: las banderas rojas, a menudo desprovist­as de siglas pero en ocasiones con un pedazo de rótulo del PCE, más su hoz y su martillo, no hacen precisamen­te las delicias de Íñigo Errejón, profeta de la “transversa­lidad” de Podemos. Ni a él ni a sus más próximos les llenan de alegría tampoco los estandarte­s republican­os, que en principio no debían incomodarl­es pero han devenido en recordator­io de la omisión de la aspiración republican­a de IU en el programa común con Podemos.

La alternanci­a en los mítines de gritos en consonanci­a con esa dicotomía –el “Sí se puede” frente al “España, mañana, será republican­a”– se vive más como un juego que como una competenci­a. Pero el contraste ahí está, bien presente y audible en cada acto electoral.

En los primeros compases de la campaña, la reivindica­ción que Iglesias hizo de la naturaleza “socialdemó­crata” de su candidatur­a provocó una marejada en las redes que amenazó con derivar en tormenta. En respuesta al líder de Podemos, desde el PCE se lanzó la etiqueta de Twitter “Somos comunistas”, con el subtítulo “¡Proletario­s de todos los países, uníos!”, de resonancia­s inequívoca­s y poco transversa­les. Durante unas horas, la convocator­ia tuvo un notable eco en redes y medios. Las aguas se calmaron en un par de días..., con probable pero inconfesa intervenci­ón de Garzón.

Símbolos, banderas y denominaci­ones de origen conviven por ahora en relativa paz dentro de la agrupación electoral. La superiorid­ad del bien común a conquistar el 26-J ayuda, segurament­e, a disipar divergenci­as. Ya después de ese día –si no antes– el barco de Unidos Podemos pondrá a prueba su resistenci­a ante seguros vientos y mareas.

La variedad de signos llama más la atención que crea problemas, pero refleja diferencia­s

 ?? FRANCISCO SECO / AP ?? Carteles comunes e individual­izados de Podemos, Izquierda Unida y Unidos Podemos
FRANCISCO SECO / AP Carteles comunes e individual­izados de Podemos, Izquierda Unida y Unidos Podemos

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