Descubiertas las pruebas más antiguas de presencia humana en Catalunya
Aparecen cuchillos de piedra de un millón de años en el yacimiento de La Boella
¿Qué hace un cuchillo como tú en un sitio como este?, pensaron los arqueólogos cuando extrajeron la pequeña herramienta de piedra de los sedimentos donde había estado escondida durante casi un millón de años. El cuchillo forma parte de las más de cincuenta herramientas de sílex descubiertas esta primavera en el yacimiento de La Boella, en el municipio de La Canonja (Tarragonès). Lo excepcional del hallazgo es que la tecnología es sorprendentemente avanzada para su antigüedad.
El propietario del cuchillo había visitado el delta del río Francolí, posiblemente en busca de agua y de alimento, en una época en que estaba poblado por hipopótamos, leones y mamuts. Catalunya tenía entonces un clima más cálido que el actual, similar al que hay ahora en la sabana africana. Junto a las herramientas, se han encontrado huesos rotos de ciervos, caballos y bueyes, que alguien partió de manera intencional para extraerles la médula.
“Son las pruebas más antiguas de presencia humana en Catalunya”, declara Josep Vallverdú, arqueólogo del Institut de Paleoecologia Humana i Evolució Social (Iphes) y codirector del proyecto de La Boella. Las piezas están fechadas en un millón de años (con un margen de error de 60.000 años).
Pero lo más notable de las herramientas descubiertas en La Boella es lo sofisticadas que son. Se trata de herramientas relativamente pequeñas, muy bien talladas, de bordes cortantes y hechas con materias primas bien elegidas. “No cogían cualquier piedra. Aquella gente sabía bien lo que hacía. Son herramientas apropiadas para cazar y cortar la carne de grandes animales”, destaca Vallverdú.
Esta sofisticación técnica contrasta con las herramientas más primitivas que se han encontrado en otros yacimientos de la misma época, o incluso algo más recientes, como los de Atapuerca, Orce o Vallparadís (este último en Terrassa).
Los arqueólogos califican esta tecnología primitiva como olduvayense (o Modo 1). Se caracteriza por herramientas toscas, fáciles de fabricar y que aún no tenían bordes afilados para utilizarlas como cuchillos. Presumiblemente se fabricaban allí donde hacían falta y después se abandonaban.
La tecnología de La Boella, en cambio, es de tipo achelense (o Modo 2). Son herramientas más difíciles de fabricar, más ligeras y más versátiles. Las primeras navajas multiusos de la historia de la humanidad. La tecnología achelense se había inventado en África hace aproximadamente 1,7 millones de años, pero hasta ahora las piezas más antiguas encontradas en Europa tenían poco más de medio millón de años. Las herramientas de La Boella se convierten así en las más antiguas de Europa del Modo 2.
¿Cómo explicar que, en la misma época en que en Atapuerca se vivía con el Modo 1, en La Boella ya se utilizara el Modo 2? “Nuestra hipótesis es que grupos humanos distintos llegaron a Europa en sucesivas migraciones desde África y trajeron tecnologías diferentes”, explica Palmira Saladié, arqueóloga del Iphes y codirectora del proyecto. Si la hipótesis es correcta, podrían haber coexistido en la misma época en la península Ibérica el Homo antecessor de Atapuerca y otras especies humanas. La respuesta puede estar en el mismo yacimiento de La Boella,donde no se ha encontrado aún ningún fósil humano pero, según Saladié, “pueden aparecer en próximas campañas de excavación”.