Las entidades sociales atienden a un millón y medio de personas
El tercer sector mueve en Catalunya unos 3.000 millones de euros al año
Las más de 3.000 entidades integradas en la Taula del Tercer Sector Social de Catalunya atendieron en 2015 a un millón y medio de ciudadanos, un 2,5% más que en 2014. Este es uno de los datos que destaca el Baròmetre del Tercer Sector, que también hace hincapié en que el creciente peso de su capital social hace posible que funcione la maquinaria de estas organizaciones: más de 348.000 voluntarios, 560.000 socios y 563.000 donantes, además de 85.000 trabajadores, un contingente que globalmente ha crecido un 13% en los dos últimos años.
Las cifras que desgrana este Baròmetre surgen de las encuestas realizadas entre los pasados 1 de marzo y 26 de abril a 528 entidades de un universo de 3.030. Una de las conclusiones es que el tercer sector está saliendo de la crisis: en 2015 movió alrededor de 3.000 millones de euros, el 1,42% del PIB de Catalunya, situando la media de ingresos de las organizaciones en un millón de euros, un 14% más que en el 2011. A pesar de que el 45% de las entidades todavía están pendientes de cobrar, por parte de las administraciones, subvenciones y convenios relativos al 2014 e incluso a años anteriores, la situación de tesorería ha mejorado en general. El 67,4% culminó 2015 con superávit, un 10% más que en 2014, frente al 18,7 que acabó con pérdidas, 14 puntos menos que el año anterior.
Así, tras una etapa de recesión el tercer sector sale del túnel. Más de la mitad de las entidades ha aumentado su plantilla y donde no han llegado con el personal lo han hecho con los voluntarios. Cabe asimismo destacar que el número de socios y donantes ha crecido desde 2013 en un 16%, situándose en 1,1 millones de personas.
“Las entidades han redoblado sus esfuerzos gracias a su capital social”, insistió ayer el presidente de la Taula, Oriol Illa. Cabe precisar que la totalidad de ese millón y medio de personas atendidas no procede de colectivos vulnerables ni en riesgo de exclusión social. En este cómputo se incluye tanto los usuarios de las agrupaciones de escoltes o de los esplais hasta los de las asociaciones dedicadas a apoyar a personas de la tercera edad, a drogodependientes, a ciudadanos con alguna discapacidad, a parados y a reclusos, entre otros colectivos. El Baròmetre no precisa qué por-
centaje representa cada grupo. Sí hace hincapié en que por cada 100 personas que pasan por estas instituciones hay 36 donantes, idéntica cifra de socios, más de cinco trabajadores y más de 22 voluntarios. En este último grupo se encuentran personas como José Luis García, de 59 años, y que tras una larga etapa sobreviviendo en la calle, durmiendo en bancos de la Rambla, en la Ciutadella, en cajeros... pudo instalarse en 2013 en un piso. Durante todo este tiempo ha contado con el apoyo de Arrels, por eso colabora con esta fundación siempre que se lo piden. García fue uno de los 300 voluntarios que recorrieron las calles de Barcelona las noches de los pasados días 30 y 31 de mayo y 1 de junio para elaborar el censo de los sintecho de Barcelona.
Las organizaciones pequeñas tienen una media de 33 voluntarios y las grandes alcanzan los 288. El 60% son mujeres y el 37% dedica un mínimo de cinco horas a la semana y hasta más de 20 a esta labor. La franja de edad mayoritaria se sitúa entre los 31 y 50 años, con el 37% del total, y un 22% tiene menos de 20. El papel que tiene los voluntarios es vital, sobre todo para las instituciones con menos recursos; no en vano, más de la mitad se dedica atender a los usuarios.
El perfil de las entidades del tercer sector es muy heterogéneo, las áreas de trabajo son diversas y la dimensión de unas está a años luz de la de otras. Así, la mayoría, en concreto el 40%, maneja presupuestos muy modestos, de menos de 50.000 euros anuales. El 31%, de hasta 500.000 euros; el 25%, de entre 500.000 y cinco millones; el 2% de esta franja, hasta los 10 millones, y otro 2% supera los diez millones. De media, estas organizaciones cuentan con unos ingresos de un millón de euros, un 14% más que en 2011.
El Baròmetre indica que no ha variado el origen de sus recursos: el 57% son públicos y el 43%, privados. Toni Codina, director general de la Taula, apuntó que el reto es “avanzar hacia un sistema de concierto de los servicios, no solo los sociales, en lugar de seguir con convenios y subvenciones”. Pero en 2015, conciertos y contrataciones sólo representaban el 25,4% de la financiación pública frente al 74,6% de las subvenciones y convenios.
Nueve de cada diez euros de financiación pública proceden de administraciones catalanas, lideradas por la Generalitat, cuyas aportaciones representan el 70% del total.
El Baròmetre dedica un apartado a destacar que el 43% de las entidades tienen en sus plantillas a personas con discapacidad o con problemas de salud mental, porcentaje que se incrementa hasta el 72% en el caso de las organizaciones especializadas precisamente en estos dos colectivos.
La presentación ayer del Baròmetre es el punto de partida del V Congrés del Sector Social, que se inaugura esta tarde en el Teatre Nacional y que se prolongará hasta el viernes con jornadas de debate y conferencias.
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