El plan de alojamientos turísticos se enfrenta a una lluvia de alegaciones
A unos se les antoja un despropósito, otros entienden que se queda muy corto, algunos que necesita unas cuantas precisiones... El Plan Especial de Alojamientos Turísticos, el PEUAT, está recibiendo una lluvia de alegaciones. El plazo termina hoy. Partidos políticos, entidades vecinales y lobbies tratan de meter baza en la definición de un plan que a buen seguro determinará el desarrollo económico de Barcelona durante unos cuantos lustros. El gobierno de la alcaldesa Ada Colau se enfrenta ahora al reto de ceder sin renunciar a sus objetivos, al reto de realizar las concesiones que le permitan generar el consenso que necesita la aprobación definitiva de su plan. Ahora ese acuerdo se antoja difícil, pero no imposible.
La semana pasada el grupo municipal de CiU pidió la retirada total del plan. Entiende que siquiera es viable desde un punto de vista jurídico. El de Ciutadans hizo lo propio ayer. Y el de ERC explicará hoy que entiende que no se puede dividir la ciudad en zonas y punto, que la administración ha de proceder de un modo más quirúrgico, que si el gobierno quiere su apoyo tendrá que atender las peculiaridades de cada caso. Porque el Ayuntamiento pretende dividir la ciudad en varias zonas, de modo que únicamente puedan crecer las plazas turísticas en los barrios más periféricos y menos saturados. La asociación de profesionales de edificios de viviendas de uso turístico Prohut tilda de “arbitrarias y desproporcionadas” la regulación que propone el Ayuntamiento. El objetivo municipal es que sólo se creen unas 11.000 nuevas plazas.
Ello también despierta el resquemor de quienes apuestan por un decrecimiento real del número de plazas de la ciudad. Las asociaciones de vecinos siempre vieron con buenos ojos las intenciones del gobierno de Colau, pero lo cierto es que su entusiasmo se fue enfriando a medida que se perfilaban los detalles del PEUAT. La Asamblea de Barrios por un Turismo Sostenible (ABTS) la calificó ayer de “propuesta de mínimos, poco valiente”. Representantes de distintos barrios como la Barceloneta, el Gòtic, Gràcia y el Poble Sec presentaron alegaciones en las que critican la división de la ciudad por zonas y exigen que no se puedan construir hoteles en ningún lugar. “Trasladar el problema de un barrio a otro no soluciona nada”, indica Sonia Fabra, portavoz de la ABTS. Exigen un decrecimiento real en todo el territorio y que vaya acompañado de sanciones e inspecciones más duras. La CUP, a pesar de no pedir la retirada del PEUAT, también apuesta por el decrecimiento de plazas.
Entre estos dos mares está el PSC. Los nuevos socios de gobierno de BComú están llamados a tender puentes. Debido a la necesaria búsqueda del mayor consenso posible parece poco probable que el gobierno someta el PEUAT a aprobación definitiva en el pleno del primero de julio. se antoja más posible que lo haga en el que se celebre 21 días después o incluso después del verano.
L. BENVENUTY / D. GUERRERO Las asociaciones de vecinos exigen el decrecimiento de plazas en todos los barrios de la ciudad