Suecia reacciona a tiempo para empatar ante una entusiasta Irlanda
Quienes critican el nuevo formato de la Eurocopa por la desproporción en el número de países participantes (24) podrán utilizar el partido de ayer entre Irlanda y Suecia para cargarse de razones. Ambas selecciones completaron un partido insuficiente para justificar su presencia en una fase final de tal calibre, y sólo la generosidad de las condiciones para pasar a octavos de final (entrarán los cuatro mejores terceros de cada grupo) les permitirá mantener esperanzas de seguir adelante compitiendo con las más potentes Bélgica e Italia en su mismo grupo. Eso, si no mejoran mucho antes del fin de semana.
Sorprendió Irlanda con una salida entusiasta, intercambiando los papeles pronosticados y convirtiéndose en dominadora del encuentro. Isaksson, veterano portero sueco, pudo con la primera aproximación seria de los británicos abortando una acción de Hendrick pero no así con una precisa volea de Hoolahan recién arrancada la segunda parte, que aprovechó una buena incursión por la derecha ante la que el interior Forsberg apenas opuso resistencia. El marcador hacía justicia y premiaba la propuesta irnaron
landesa, más atrevida y basada en la movilidad de sus atacantes.
Pellizcados en su orgullo, los jugadores suecos despertaron de su injustificado letargo y reaccio- con inmediatez, volteando el panorama y ofreciendo, al fin, una imagen en consonancia con su teórica superioridad, un tanto inflada si se atiende a su potencial real, muy débil cuando se aparta a Ibrahimovic de la fotografía.
Fue precisamente el gigante de Malmö, en un estadio que conoce perfectamente como es Saint Denis, quien, aprovechando una rápida y virtuosa combinación de toque en corto de sus compañeros, logró profundizar por la banda izquierda hasta centrar y encontrar el remate inesperado de un rival, Clark, que cabeceó en contra de su propia portería anticipándose a Larsson, quien esperaba a su espalda.
Suecia tomó carrerilla pero no le acompañaron ni el talento ni el orden. Atacaron los escandinavos sin un mínimo de pausa, Ibrahimovic y Guidetti no conectaron e Irlanda lo aprovechó para amarrar un empate a base de garra que no le supo mal. Y con el legendario Keane sobre el campo.