La OPEP, a verlas venir
La reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) del 2 de junio en Viena pasó sin pena ni gloria. Aparte de la presentación del nuevo Ministro del Petróleo saudí (Jalid al Falih), el nombramiento de un nuevo secretario general (el nigeriano Mohammed Sanusi Barkindo) y el regreso de Gabón (veinte años después), los ministros participantes en la reunión acordaron continuar con la política de no restringir su producción de crudo, con la vista puesta en un inminente reequilibrio entre oferta y demanda. Inicialmente la decisión fue mal recibida por el mercado, que experimentó un descenso del precio del barril, aunque este se vio inmediatamente contrarrestado por la noticia de una caída de los inventarios de crudo en EE.UU.
De puertas afuera, la OPEP se muestra satisfecha con los resultados de su política que ha expulsado del mercado a sus competidores de más alto coste, así como con la evolución del precio del crudo. No en vano, desde enero a abril, el precio del Brent ha encadenado cuatro meses consecutivos de aumento, con medias situadas en los 31, 32, 38 y 42 dólares por barril, respectivamente. Y durante el mes de mayo, la cotización no descendió de los 43 dólares, llegando incluso a situarse por encima los 50 dólares.
Esta tendencia al alza puede atribuirse básicamente a dos factores. Primero, a una ligera aceleración del crecimiento de la demanda global (particularmente impulsada
La evolución alcista del crudo se apoya más en consideraciones de futuro que en el mercado actual
por India y otros países emergentes). Segundo, a una caída de la producción de crudo desde fuera de la OPEP, muy especialmente del petróleo no convencional en los EE.UU., lo que unido a una importante incidencia de las interrupciones no planificadas del suministro (Nigeria, Ghana, Kuwait, Canadá…) ha ayudado a compensar el aumento de la producción experimentado por el conjunto de los miembros de la OPEP, muy particularmente de Irán e Irak.
Ciertamente, para entender la evolución de precios y estimar la solidez de la tendencia alcista comentada, además de las citadas consideraciones sobre el balance oferta-demanda, debe tenerse presente el factor especulativo. El efecto distorsionador de este fenómeno resulta particularmente evidente si tenemos en cuenta que la subida de precios de los últimos meses se enmarca en un entorno de exceso de la oferta sobre la demanda.
Con este decorado de fondo, parece evidente que la evolución alcista del precio del petróleo se apoya más en consideraciones de futuro que en la realidad actual del mercado. Sin duda, el mercado está anticipando acontecimientos a meses vista. El sentimiento dominante es que la combinación de un aumento del ritmo de crecimiento de la demanda mundial, junto a una persistente caída de la producción en algunos países no integrados en la OPEP, llevará a un equilibrio entre la oferta y la demanda de petróleo en algún momento de la segunda mitad de este mismo año o, a más tardar, a principios del siguiente.
Ante esta perspectiva, la OPEP ha decidido dejar las cosas como están y remitir al mercado hasta su próxima reunión del 30 de noviembre.