De Harry Potter a Bale, otros efectos del adiós
El ‘Brexit’ romperá los lazos de la industria del cine e inquieta al arte y la música
Lo que en el mundo de la producción cinematográfica europea empezó como una comedia bufa se ha convertido, con el triunfo del Breexit , en una historia de suspense. Es posiblemente el sector más afectado, pero no el único. Analizamos por sectores cómo puede afectar el Brexit a las artes.
PELÍCULA DE MIEDO. Cómo acabará todo esto, se preguntan los más de 250 cineastas británicos que, antes del referéndum, firmaron una carta de amor a Europa. Entre ellos, Benedict Cumberbatch, Keira Knightley o Jude Law. En el festival de Berlín, Emma Thompson avisaba: “Tenemos que eliminar fronteras; no crearlas”. Ha ganado Martin Durkin, el director de Brexit, the movie que se ha convertido en uno de los símbolos de los partidarios del adiós. Un filme que combina gráficos animados con entrevistas de euroescépticos y pone el énfasis en la supuesta corrupción de las instituciones europeas. Donde los disturbios de Atenas y de los exiliados de Siria sirven de elemento de definición de la decadencia de la UE.
Gana Durkin y pierden cineastas como Ken Loach, cuya última película es I, Daniel Blake, una despiadada crítica a la ciega burocracia que impera en la seguridad social británica y su efecto sobre un trabajador enfermo. I, Daniel Blake, que ganó la Palma de Oro en Cannes, existe porque Gran Bretaña pertenece a la UE. El filme de Loach recibió 100.000 euros de Europa Creativa, uno de los programas de ayudas a la creación.
Puede que no exista eso que denominamos cine europeo. Puede que Europa siga pensando en términos de cine español, francés o británico. Pero desde luego existe una política de producción que lidera la UE a través del programa Media y que ofrece financiación a los cineastas británicos. Películas como 45 años, de Andrew Haigh, con el que Charlotte Rampling fue candidata al Oscar, tampoco existirían sin la ayuda europea.
Hollywood también está inquieto, porque esas ayudas llegaban a sus numerosas producciones en Gran Bretaña. Películas como la nueva entrega de Star wars, que ahora se ruedan cerca de Belfast, en Irlanda del norte, o The bookshop ,la próxima película de Isabel Coixet, que también se rodará ahí, ¿sufrirán con el Brexit? Baste decir que películas como Carol, de Todd Haynes, no existirían sin las ayudas europeas. Tampoco Before midnight, de Richard Linklater, o Juego de tronos. Peter Andermatt, desde la oficina del programa Media en Madrid, no hace ningún comentario oficial . Pero añade que “nunca vamos a dar con la puerta en las narices a Ken Loach”. Y subraya que programas como el Europa Creativa estarán siempre abiertos a Gran Bretaña, “como lo están para Turquía o Serbia”. Ese es el primer efecto perverso del Brexit: tenemos que empezar a acostumbrarnos a pensar en Gran Bretaña como si fuera Turquía.
CALMA EDITORIAL. El comercio del libro entre España y Reino Unido “no corre riesgo, ni a corto plazo ni, posiblemente, a medio plazo”, gracias a una baja fiscalidad y a los acuerdos internacionales, según explicó a EP el director ejecutivo de la Federación de Gremios de Editores de España, Antonio María Ávila. Según las cifras de comercio exterior, a Reino Unido se mandaron en 2015 17 millones de euros dentro del sector editorial. Por el contrario, las cifras de importación son “bastante menores”, recalcó Ávila, quien estima que estará en torno a los 4-5 millones. El libro de texto es uno de los mercados más importantes y Ávila considera que España seguirá importando al mismo nivel.
INQUIETUD EN LA MÚSICA. El aumento de precio en los discos y la petición de permisos de trabajo para artistas británicos que vengan a España de gira son algunas de las posibles consecuencias del Brexit en la industria musical, que afrontará retos en distintos aspectos legales, burocráticos y económicos tras la decisión de anteayer.
España es el sexto país que más música británica compró en el año 2015 (un 12% del total), según datos de BPI. Para Ticketbis, artistas co- mo Adele o Coldplay “probablemente no noten la diferencia ya que cuentan con recursos suficientes para adaptarse al nuevo escenario”. “Sin embargo, grupos que están empezando sí podrían encontrarse con mayores dificultades a la hora de planificar su giras y de hecho, solamente podrán actuar si un promotor les hace una oferta para llevar a cabo el concierto”, han recordado. Por el contrario, a la hora de trabajar en el Reino Unido los artistas europeos no tenían las mismas condiciones que ofrecen otros países, ya que, a día de hoy, sí es necesario un permiso de trabajo para dar un concierto allí.
La cuestión de los permisos de trabajo afectará no sólo a los artistas europeos residentes en Londres, sino a los británicos que viven en Europa. El Macba acaba de fichar a Tanya Barson, hasta ahora conservadora de Arte Internacional de la Tate Modern, quien tendrá a su cargo los departamentos de Colección, Exposiciones y Publicaciones. Las bases exigían “disponer de nacionalidad española o de un país miembro de la UE. En el resto de casos, el nombramiento quedará condicionado a la obtención de la residencia legal en España”.
Para Jonathan Scott, del Gibraltar Music Festival, la cuestión va más allá de las posibles consecuencias para la cultura y para el festival que dirige. “Gibraltar ha votado en un 96% a favor de quedarse en la UE. Nos sentimos Europa, así que a
nivel personal todos los que estamos involucrados en el festival estamos tristes. No estamos devastados pero sí conmocionados, pero Gibraltar tiene un espíritu positivo y resiliente. La música no conoce fronteras y estamos orgullosos de que mucha gente cruce desde muchos sitios de España y Europa para disfrutar de la música en un gran fin de semana olvidando posibles diferencias”, señala. Y por supuesto le preocupa las consecuencias a largo plazo que pueda tener entre su público, entre el que hay desde españoles a expatriados que viven en la Costa del Sol. Mueven decenas de camiones de material que si empezaran a tener problemas burocráticos y se ralentizaran en la frontera supondría un encarecimiento de los costes que no beneficiaría a nadie. Por supuesto el impacto sobre las libras sería otro problema a la hora del pago a determinados artistas y del encarecimiento de costes”.
Tito Ramoneda, de la promotora The Project, confiesa que el Brexit ha cogido por sorpresa al sector. Cree que, para empezar, los principales perjudicados van a ser la propia industria musical británica, porque ahora mismo se llevaban un gran porcentaje de las ayudas a las industrias culturales. Era de los países más beneficiados. “Les va a limitar, va a afectar a su propio mercado interior”, señala, y dice que de cara a la industria española, “veremos qué sucede con la libre circulación que había hasta ahora, si se van a exigir visados de trabajo a los músicos aquí. Luego está la libre circulación de materiales y equipos, que quizá también vayan a tener que gestionar permisos y visados para las giras, como pasa cuando has de hacer un concierto en Andorra, que has de hacer un papeleo sobre el material. Desde el punto de vista de la burocracia es un esfuerzo adicional que para una gran gira son cacahuetes, pero que a grupos más pequeños les puede afectar mucho. Por supuesto está la cuestión de la libra, si queda devaluada. Y cómo afectará a los festivales en España, con mucho público británico”.
Para Ricard Robles, del Sónar, es difícil hacer pronósticos. “Es sencillo caer en el lado alarmista y pensar en problemas con los permisos de trabajo, el IVA, la doble imposición… es una incógnita saber cómo se relacionarán con el resto de la UE. Habrá que ver cómo se empiezan a mover las cosas y creo que será igual para el sector cultural que todos los sectores. También es cierto que aquí desde el aumento del IVA cultural, que nos puso en peores condiciones que al resto de países europeos, ya estamos curados de espanto. No sé si nos puede ir peor”.
¿BERLÍN, CAPITAL DEL ARTE? Los británicos temen que Berlín se vea favorecido como nueva capital del arte, aunque Londres podrá competir mejor con Nueva York y HongKong libre del proteccionismo europeo a derechos de autor. Gran Bretaña recibe menos de Europa Creativa que Francia, Bélgica o Alemania. El presidente del Consorcio de Galerías de Arte Contemporáneo, Alberto de Juan, dice que desde el punto de vista fiscal habrá un “impuesto de importación” como ocurre con países como Suiza y EE.UU., así como aduanas que afectarán al transporte, porque el “libre movimiento” desaparecería y la consecuencia sería “directa”. No obstante, cree que ahora se abrirá un “periodo de negociación” en el que se gestionarán estas cuestiones y considera que, más allá de los impuestos, será “más dañina” la “devaluación de la libra”, porque ir a ferias será más caro.
Gran Bretaña es el segundo mayor contribuyente a los presupuestos de la UE después de Alemania y los presupuestos de los programas culturales, como Europa Creativa (1.400 millones en siete años), sufrirán un recorte. En este programa se ha concedido ayudas a empresas como la barcelonesa Filmin, a exposiciones (el CCCB), a traducciones de españoles o proyectos que favorecían el intercambio cultural.
Santi Fisas, eurodiputado y miembro de la comisión de Cultura, dice que “hay pocas competencias en materia de cultura, que son estatales, y en el caso de España, autonómicas. Afectará sobre todo al Erasmus, que no se eliminará, porque está incluido Noruega, pero se tendrá que renegociar. También al inglés como idioma oficial. Está Irlanda y el inglés es lingua franca, pero perderá potencia con la salida de los eurofuncionarios británicos”. “Si he de buscar algo positivo, ahora tenemos la oportunidad de avanzar en la unión europea de verdad, sin las continuas trabas británicas. Jean Monnet tenía razón cuando decía que Europa debía construirse a partir de la cultura”. /