Una relación especial
Trump se apunta a caballo ganador y ve la clave en el rechazo a la inmigración
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se apresura a desmentirse a sí mismo y garantizar que “la relación con el Reino Unido no cambiará” pese al Brexit.
Hace sólo dos meses, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se sumó a la campaña del miedo y advirtió a los británicos que si apoyaban el Brexit, el Reino Unido se situaría “al final de la cola” para cualquier acuerdo comercial transatlántico. Ayer Obama se apresuró a desmentirse a sí mismo y garantizar que nada de eso va a ocurrir. “Nuestra relación con el Reino Unido no cambiará”, reiteró por la tarde en Palo Alto, California, por si no había quedado claro en el comunicado oficial que distribuyó por la mañana, en el que, como no podía ser de otra manera, proclamó “respeto a la decisión” de los británicos y declaró: “La relación especial entre Estados Unidos y el Reino Unido perdurará y la pertenencia del Reino Unido en la OTAN sigue siendo una piedra angular vital de la política exterior, de nuestra política de seguridad y de nuestra política económica”.
Ni Washington ni Wall Street podían disimular la preocupación por los efectos del resultado del referéndum británico en la economía, con caídas a media sesión del 2,8% del índice Dow Jones y del 3% del Standard & Poors 500. Precisamente por eso los mismos que hasta el día antes habían vaticinado toda clase de cataclismos si ganaba el Brexit, se esforzaban ayer en desdramatizar la situación y combatir los miedos que habían sembrado. Se cumplía más que nunca la teoría de la filosofía recreativa popular según la cual “nunca pasa nada y cuando pasa no tiene importancia”.
Obama habló por teléfono con David Cameron y con Angela Merkel y apostó por una “transición ordenada” a la que Estados Unidos, dijo, va a contribuir con equipos de trabajo específicos. En la relación de EE.UU. con la Unión
WASHINGTON Y WALL STREET Los mismos que anunciaron cataclismos prometen ahora que nada va a cambiar
Europea, Obama también aseguró que la vida sigue igual. “Así [será] también nuestra relación con la Unión Europea, que ha hecho tanto para promover la estabilidad, estimular el crecimiento económico y fomentar la difusión de los valores e ideales democráticos en todo el continente y más allá. El Reino Unido y la Unión Europea seguirán siendo socios indispensables de Estados Unidos, incluso a medida que comienzan a negociar su relación en curso para asegurar la estabilidad continuada, la seguridad y la prosperidad de Europa, de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y del mundo entero”.
El debate de los británicos había sido acogido con distinta actitud por demócratas y republicanos en Estados Unidos. Los demócratas se declararon firmemente contrarios al Brexit, mientras que en el bando republicano no existía una posición unánime, pero sí existe unanimidad en mantener el vínculo con los británicos. Lo demuestra el comunicado de Paul Ryan, principal autoridad republicana del país, que utilizaba los mismos términos exactos que el presidente al que tanto denuesta: “El Reino Unido es un aliado indispensable de Estados Unidos y nuestras especiales relaciones no se verán afectadas por esta votación”.
Adquirieron mayor notoriedad las declaraciones del candidato Donald Trump, que viajó a Escocia preciamente ayer para inaugurar las obras de reforma de un complejo de golf que lleva su nombre y rápidamente se apuntó a caballo ganador. Dijo que el Brexit era “algo grande” y cuando le replicaron que la cotización de la libra esterlina había caído en picado respondió: “Con la libra más barata, más gente vendrá a Turnberry a jugar al golf”. En su campaña Trump se ha referido repetidamente a las devaluaciones practicadas por China como competencia desleal.
Trump estableció un paralelismo con su propia campaña electoral: “Me encanta ver como la gente recupera las riendas de su país y eso es realmente lo que está sucediendo en Estados Unidos”.La explotación del miedo a la inmigración, que forma parte principal de la estrategia electoral de Trump y que figuraba en los argumentos de los partidarios del Brexit, es según el magnate la clave de la victoria. “Creo que hay grandes similitudes entre sucedido aquí y mi campaña –dijo–, la gente quiere ver las fronteras de su país seguras, no quieren ver en su país a personas que no saben quiénes son ni de dónde vienen”.
El cómico Leo Nelson se coló en la conferencia de prensa de Donald Trump vestido con el uniforme de sus empleados y repartió entre los periodistas pelotas de golf ilustradas con la cruz gamada. “Son las nuevas pelotas del club”, decía. El personal de seguridad lo expulsó en cuanto se percató de su presencia.
Un discurso del candidato republicano muy distinto del de su rival demócrata, Hillary Clinton, que se comprometió a combatir los efectos perniciosos de la incertidumbre. “Hemos de asegurar –señaló Clinton– que la incertidumbre económica generada por este acontecimiento no perjudique a las familias estadounidenses y eso requiere un liderazgo experimentado, sereno y perseverante en la Casa Blanca”.
CONTRA LA INCERTIDUMBRE El presidente de EE.UU. ofrece a Cameron y Merkel apoyo a una “transición ordenada”