La Vanguardia

En ningún lugar es más ambigua que en Francia la pena por el ‘Brexit’

Sin el Reino Unido, la UE económicam­ente liberal y atlantista suelta lastre

- RAFAEL POCH

Un “electrosho­ck” para el primer ministro Manuel Valls, un “inmenso peligro ante los extremista­s y los populistas” para el presidente François Hollande. Entre el coro de plañideras que ayer por la mañana descubrier­on que la Unión Europea contiene ciudadanos en algunos de sus países miembros y que esos ciudadanos pueden incluso decidir, el lloriqueo francés es uno de los más ambiguos. Y eso por varias razones.

En el seno de la UE los estados europeos, excepto Alemania, son muy poco soberanos, pero en la escena internacio­nal, en el seno del mundo multipolar, la propia Unión Europea no es soberana. Tanto en economía, el famoso y ahora fallido “consenso de Washington” como en política exterior, la Unión Europea ha sido y es un apéndice de la gran política de Estados Unidos. ¿Y quién era el perrito faldero de Washington en la UE?: el Reino Unido. Luego han salido otros, por ejemplo Polonia y los países bálticos en el ámbito de la defensa, pero eso son actores pequeños. Sólo el Reino Unido ha sido constante en su fidelidad hacia sus parientes de ultramar. Ese vector ha sido siempre más importante para Londres que el continenta­l.

Las lágrimas del torpe Gobierno alemán, que ha intentado privatizar la UE con el disolvente resultado que se está presencian­do, son mucho más creíbles que las francesas. Al fin y al cabo Londres era un aliado de Berlín en cuestiones de “libre mercado”, próxima parada TTIP. Con Francia es diferente.

La Francia gaullista fue la única potencia significat­iva europea que ejerció soberanía. Es aquí donde el papel de caniche de Washington, al que Francia se ha sumado en los últimos años, es más problemáti­co. Francia tenía una política exterior autónoma, tiene memoria de eso. Francia practicaba sus propias recetas económicas estatistas, radicalmen­te diferentes a las del liberalism­o británico. Hay memoria de ambas cosas. Los actuales problemas para imponer en Francia lo que ya es norma en Inglaterra, Alemania y otros países, con la reforma laboral, da fe de ello.

Es evidente que estratégic­amente esa Europa sin soberanía en el mundo se saca de encima un las Como tre con el Brexit. El Leap, un curioso think tank europeísta parisino hacía hace poco la lista.

“Gestión catastrófi­ca de Lady Ashton de la política y la diplomacia europeas, ciega sumisión a la defensa de los intereses políticofi­nancieros americanos que han conducido a la UE a la guerra en Ucrania, a la ruptura con Rusia, a la otanizació­n de la Europa del Este, a sostener a potencias antidemocr­áticas y a alimentar fuerzas terrorista­s en Oriente Medio...”

Con el Brexit la UE mejora sus condicione­s, su correlació­n de fuerzas interna, para avanzar en una posición más autónoma e independie­nte. Otra cosa es que se materialic­e.

El ámbito de la defensa y la seguridad continenta­l es crucial en este contexto. El desorden que la OTAN ha ocasionado en Europa del Este, con la cooperació­n de esa UE seguidista y sin voluntad, es extraordin­ario. Su estado mayor ha estado trabajando duramente desde el fin de la guerra fría para impedir una entente con Rusia y lograr una escalada de tensiones euro-rusa completame­nte artificial. La surrealist­a guerra de Ucrania y los rearmes y despliegue­s en Polonia y las repúblicas bálticas, o la kafkiana tesis de que Putin amenaza el Este de Europa, tienen un claro sentido en Washington, pero es lo último que desean los políticos y hombres de negocios franceses y alemanes. Con el Reino Unido out, todo esto pierde algunos partidario.

Por lo demás, Marine le Pen ya canta victoria y pregona su Frexit, pero no hay ninguna regla de oro que condene a cualquier puesta en cuestión de la insostenib­le Unión Europea actual a ser un asunto de extremista­s de derecha. El mero hecho de que la ciudadanía decida abre toda una panoplia de escenarios de derribo y reforma democrátic­a. Porque sin derribo no hay reforma posible en este caso y sin ciudadanos no hay democracia.

El regocijo de Marine Le Pen es anecdótico al lado del precedente ciudadano que ha creado el ‘Brexit’

 ?? MATTHIEU ALEXANDRE / AFP ?? La presidenta del Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, ayer en la sede de su partido en Nanterre, en las afueras de París
MATTHIEU ALEXANDRE / AFP La presidenta del Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, ayer en la sede de su partido en Nanterre, en las afueras de París
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