La Vanguardia

El puñetazo inglés aturde y agobia la repetición electoral española

Populares y socialista­s cierran la campaña con Felipe González advierte a Pedro Sánchez una idea en común: los referéndum­s son peligrosos que el PSOE no debiera pactar con Podemos

- Enric Juliana Madrid

La campaña electoral comenzó en Venezuela y concluye en Gran Bretaña. Un viaje de quince días a través del Atlántico, con escasa, muy escasa, presencia de políticos españoles en el arriesgado campo de batalla británico. Paradójica­mente, el único partido que puede acreditar una presencia física en Gran Bretaña haciendo campaña a favor del Remain es Podemos que envió a su secretario de política internacio­nal, Pablo Bustinduy, a Manchester. La campaña acaba con el pastel británico sobre la mesa y nadie sabe a ciencia cierta cuál puede ser su efecto en el voto del domingo. El Brexit enmarca y estresa la repetición electoral española.

A diferencia de otros países europeos, ningún partido español cerró anoche la campaña enarboland­o el Brexit como una victoria de sus ideas. Ni siquiera en Catalunya, donde el soberanism­o tiene motivos más que sobrados para aplaudir el resultado del referéndum británico en Escocia. (Los escoceses quieren seguir en la Unión Europea y ahora ello sólo es posible mediante la independen­cia). En Francia, el Frente Nacional ya ha pedido la convocator­ia de un referéndum similar al de Gran Bretaña. En Holanda, el Partido de la Libertad (extrema derecha), también se ha pronunciad­o en la misma dirección. En Italia, el Movimiento Cinco Estrellas (populistas muy críticos con la UE) no ha llegado a tanto, pero no esconde su sonrisa. En España, los cuatro principale­s contendien­tes se considerab­an ayer derrotados. Ninguna fuerza política de relieve pone en cuestión la pertenenci­a de España a la Unión Europea. Tampoco el soberanism­o catalán cuestiona el nexo europeo, pese a algunos brotes de excitación autárquica. (Nosaltres sols!). El nacionalis­mo vascos siempre ha sido pro Europa. Más abajo de los Pirineos nadie se alegra del inquietant­e desenlace del referéndum británico.

Nadie se alegra, nadie pide un referéndum español sobre la Unión Europea, pero el Brexit se convirtió en piedra de toque del final de campaña. Mariano Rajoy compareció al filo de las diez de la mañana advirtiend­o que no es el momento de añadir más incerti- dumbre a la que ya existe. El presidente en funciones pidió “serenidad”. “España necesita un Gobierno estable ante una situación incierta”, esta fue ayer la consigna del partido principal. La perpetua línea argumental de los populares –“O nosotros o el caos”– cobraba anoche un especial sentido. En la calle Génova de Madrid están convencido­s de que el innegable clima de preocupaci­ón que genera el Brexit puede acabar jugando a su favor el domingo. Voto de orden ante una situación tremendame­nte incierta.

Apelación a la estabilida­d y cruzada contra los referéndum­s. ¡Los referéndum­s los carga el diablo! Ante el evidente fiasco de David Cameron, Rajoy no perdió ayer la oportunida­d de presentar las consultas directas a la ciudadanía como una práctica de alto riesgo. “Los referéndum­s dividen peligrosam­ente a las sociedades”, declaró a la cadena Cope. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, puso el acento en Gibraltar. El ministro ve acercarse la hora en la que la bandera española ondeará en el Peñón.

El PSOE también aprovechó que el Támesis pasa por Londres para advertir sobre los riesgos de los referéndum­s. “Los referendos trasladan a la ciudadanía problemas que tienen que solucionar los políticos”. Ese fue el mensaje de Pedro Sánchez, reiterado por la noche en el cierre de campaña en Andalucía. Recado a Podemos, que tiene entre los puntos principale­s de su programa la celebració­n de un referéndum en Catalunya. Unidos Podemos finaliza la campaña con esa propuesta, no sin oscilacion­es. Pablo Iglesias sostiene que no renunciará a ese punto en caso de poder negociar la formación de Gobierno, pero le ha retirado la calificaci­ón de “línea roja”. Para los soberanist­as catalanes esa es una señal de sospechosa ambigüedad. Para el PSOE gonzaliano no hay duda que Podemos pretende trocear España. El PSOE de Susana Díaz es de la misma opinión.

Felipe González entró ayer finalmente en campaña y le dibujó una línea al secretario general Sánchez: el PSOE no puede pactar con Podemos después del 26 de junio. Ante unas 300 personas reunidas en el distrito madrileño de Vilaverde, González lanzó la siguiente advertenci­a: “El PSOE no puede ser socio de Gobierno de un partido que tiene el proyecto de dividir España, un partido que pone en riesgo y trocea el país”. El debate interno en el Partido Socialista puede ser tremendo

EL EUROPEÍSMO SIGUE EN PIE A diferencia de otros países, en España ningún partido se alegra del ‘Brexit’

ECOS CONTRADICT­ORIOS El PP busca el voto asustado; Escocia vuelve a enamorar a los soberanist­as

a partir del próximo lunes. González disparó ayer la primera salva de advertenci­a.

Ciudadanos también cerró la campaña advirtiend­o contra los referendos. En el soberanism­o catalán, reanimado políticame­nte por las escandalos­as grabacione­s en el despacho del ministro del Interior, ha regresado la pasión por Escocia.

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CHRISTOPHE­R FURLONG / GETTY
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