El Govern ve en el caso británico una oportunidad de futuro para Catalunya
Puigdemont valora el ejercicio democrático y reclama a la UE no menospreciar la diversidad
El Govern prefiere ver el vaso medio lleno antes que medio vacío. El gabinete de Carles Puigdemont es profundamente europeísta y por esto le duele que “la quinta economía mundial haya decidido abandonar la Unión Europea”, pero a la vez valora el ejercicio democrático que ha supuesto el referéndum del Brexit y lo ve como una oportunidad para que las naciones sin Estado acaben haciendo oír su voz. Un sentimiento de una cierta ambivalencia ante el que el Govern, de todos modos, se inclina por interpretarlo como una oportunidad para el futuro de Catalunya.
El presidente de la Generalitat reclamó ayer, en este contexto, una “reflexión muy seria” a las autoridades de la Unión Europea (UE) para “no seguir creando desafección entre sus ciudadanos”. “La UE debe hacer necesariamente una reflexión y repensar su actitud, a veces de menosprecio, hacia las diferentes realidades que hay en Europa”, advirtió Carles Puigdemont en una declaración institucional, en la que subrayó que “hay diferentes voces, diferentes maneras de entender de Europa, y de momento los dirigentes de la UE han sido poco sensibles a esta diversidad, y tampoco han sido sensibles hacia los sufrimientos de las clases medias y las clases populares, que han visto como tristemente la UE parecía más un proyecto de élites que un proyecto de la ciudadanía”. Una insensibilidad que, a su juicio, se nota también en la “poca disposición” de las instituciones europeas “a desburocratizar Bruselas, en su indecisión o en la falta de liderazgo en asuntos que preocupan enormemente a los ciudadanos europeos y que parece que preocupan poco a sus dirigentes”.
Ante tal situación, el presidente de la Generalitat aprovechó para, “desde Catalunya, invitar a la UE a ponerse a trabajar ya para evitar que crezcan la desafección, las propuestas populistas y el riesgo de xenofobia” y reafirmó “el compromiso de Catalunya a contribuir decididamente a la construcción, como Estado independiente, de una Unión Europea que reconecte con sus ciudadanos, que entienda las diferencias y que proteja sobre todo a los ciudadanos por encima de otros intereses”. “La apuesta de Catalunya es una Europa fuerte y unida”, remachó Carles Puigdemont, que tuvo palabras de reconocimiento para el hecho de que “si Escocia fuese un país independiente, habría votado continuar en la unión Europea”.
Pero más allá del emplazamiento al análisis y la reflexión, el presidente de la Generalitat quiso valorar igualmente que el simple hecho de la celebración del referéndum supone que “ha ganado la democracia, porque el pueblo británico ha podido votar y ha tenido un primer ministro valiente, demócrata, que ha consultado a su ciudadanía y, además, ha asumido las consecuencias presentando la dimisión”. Y, en este sentido, remarcó dos detalles, a su entender no menores, a tener en cuenta para el caso de Catalunya: por un lado, que “el Reino Unido ha tomado la decisión sin necesidad de que el conjunto de la Unión Europea haya decidido, lo que certifica que es perfectamente posible tomar decisiones de soberanía”, y, por otro, que “se ha demostrado que el porcentaje del resultado es completamente suficiente para tomar decisiones”.
El conseller de Afers Exteriors, Relacions Institucionals i Transparència, Raül Romeva, compartió, por su parte, el mensaje de Carles Puigdemont, sobre todo en la línea de que “el problema no es el referéndum ni que haya ganado el Brexit, sino que Europa necesita repensarse”, y comparó la situación del Reino Unido con la de España. “La demofobia de las estructuras de Estado españolas empobrece mucho la democracia, el referéndum es el instrumento de la democracia y la consecuencia no es ni el infierno ni el paraíso, y criminalizar el referéndum es un gran error”, resaltó en alusión especialmente a las posiciones de PP y PSOE.
LA VALIDEZ DE LAS URNAS El president subraya que “el resultado del ‘Brexit’ es suficiente para tomar decisiones”
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