Barcelona, capital oval
El Racing 92 gana la liga francesa en el Camp Nou ante 99.124 espectadores
Fiesta completa, con el espectáculo en la grada y en los exteriores del Camp Nou y la emoción sobre césped. Barcelona se convirtió ayer en la capital de Francia y el estadio blaugrana en el mejor escenario para la disputa de una final del Top-14 tan incierta como emocionante, que no se decidió hasta el último suspiro a favor del Racing 92. Los 99.124 espectadores que llenaron el Estadi establecieron el récord de asistencia a un partido de rugby entre clubs. El de Barcelona fue, además, el duelo más seguido en vivo de este deporte en Europa. Un hito que hizo buena la apuesta de Paul Goze, presidente de la Liga francesa, de traer la final de la mejor liga a la ciudad después de haberla visitado dos veces con la USAP en su época de presidente del club de Perpiñán.
La fiesta empezó en el exterior del Camp Nou, donde las dos aficiones compartieron fan zone con los miles de seguidores de otros clubs franceses que se desplazaron a Barcelona. La Federación distribuyó buena parte del aforo entre otras aficiones para conseguir hacer de la cita una auténtica fiesta del rugby francés. La cuota local la completaron 8.000 aficionados, en su mayor parte catalanes. Una amalgama que se unió para hacer la ola cuando el partido aún era una tanteo de fuerzas y para entonar La Marsellesa a capella en varias ocasiones.
Como no podía ser de otra forma, los prolegómenos del partido tuvieron también un contenido local, con los Castellers de Vilafranca que descargaron un 3 de 8 en el centro del campo para despertar la primera aclamación unánime de la grada y con varios momentos kitch inevitables, como una coreografía de las cheersleaders que ha decidido incluir la Liga en sus finales bajo un atronador Toreador de Carmen o el Aserejé de las Ketchup mientras los dos equipos calentaban sobre el césped. La megafonía también combinó el francés y el catalán en la narración de partido, aunque los cops de càstig anoche se convirtieron en penalitats.
El espectáculo más esperado lo pusieron sus 30 protagonistas, un elenco de primeras figuras del rugby internacional que consiguieron transformar un partido físico y conservador, como lo es hoy por hoy el rugby francés, en un choque de grandes acciones que hacen afición. De los 30 que saltaron al terreno de juego en los quinces iniciales, 27 eran internacionales. Entre ellos auténticas leyendas, con los all blacks Rokocoko, Tameifuna, Masoe y Dan Carter en las filas del Racing; los pumas Carizza e Imhoff en el conjunto parisino y Fernández Lobbe en el Toulon o los springboks Goosen en el Racing y Bryan Habana en el equipo de la Provenza. Además del georgiano Mikautadze o el galés Halfpenny, también con los colores del Toulon, entre otros. Acabaron siendo, más que los nacionales, los que marcaron el enfrentamiento.
Tras un intercambio de golpes de castigo –algunos desde 50 metros– entre Halfpenny para el Toulon y Dan Carter para el Racing, Gorgodze consiguió el primer ensayo en el minuto 29 para poner a los del sur con una ventaja de 14-6 que combinada a la roja que había visto el medio melé del Racing Manechau en el 18 parecía que marcaba el dominio del Toulon. Una expulsión que decidió la repetición televisiva proyectada por los videomarcadores del Camp Nou sin que ello supusiese ningún conflicto entre aficiones que seguían mezcladas el partido.
Sin embargo, con la iniciativa que no tuvieron los de la Costa Azul, el Racing se mantuvo en el partido y tras el descanso se avanzó gracias a dos golpes de castigo transformados esta vez por Goosen y se escapó gracias a una genialidad del veterano Rokocoko, que partió desde su campo, pateó para superar hasta tres líneas del Toulon y recogió el oval para plantarlo en la zona de ensayo, poniendo el 14-26 en el 59. Quedaba partido y Mermoz daba alas a los suyos con el tercer ensayo del encuentro en el 71 (19-26), pero el Racing era un equipo mucho más vivo pese a jugar con un hombre menos y no se dejó remontar cuando con 21-26 en el marcador los de Tolón tuvieron una melé con introducción a cuatro metros de palos.
LA CUOTA CATALANA Los Castellers de Vilafranca provocaron la primera ovación unánime al descargar un 3 de 8