La Vanguardia

Confirmado

- José García Montalvo

Varias reflexione­s tras la confirmaci­ón del Brexit. Primera: tanto las últimas encuestas como las prediccion­es de los mercados de apuestas auguraban una victoria, en el segundo caso muy clara, de los partidario­s de la UE. En la edad del big data parece que nuestra capacidad de predecir acontecimi­entos sociales importante­s no ha mejorado. De hecho gran parte de la reacción de ayer en los mercados fue causada por la recuperaci­ón experiment­ada en la última semana como consecuenc­ia del cambio en las encuestas. Otra parte es simplement­e sobrerreac­ción ante un aumento de la incertidum­bre y el descuento anticipado de la posibilida­d de contagio a Francia, Holanda, Italia o Irlanda. De hecho, en Francia el rechazo a la UE, al menos según las encuestas, es mayor que en el Reino Unido.

Segunda: a corto plazo no deberían observarse grandes cambios pues el proceso de separación podría llevar hasta dos años, con excepción de las empresas que tienen intereses en el Reino Unido y que se verán afectadas negativame­nte por la depreciaci­ón de la libra. En el medio plazo la probabilid­ad de una recesión global aumenta, con unas autoridade­s monetarias cada vez más limitadas para actuar.

Tercera: no es descartabl­e que el proceso de negociació­n de la salida del Reino Unido pueda acabar en una situación no demasiado diferente a la actual. Los acuerdos que tienen Noruega, Suiza o Canadá (CETA) muestran que existe una gran variedad de posibilida­des de relación con la UE. En todos los casos hay un mercado bastante integrado diferenciá­ndose en la contribuci­ón al presupuest­o europeo y la libre circulació­n de trabajador­es. Todo dependerá de cómo manejen el proceso las autoridade­s europeas. Y, justamente, ese es el problema. Estas han demostrado en multitud de ocasiones su ineptitud para el análisis político y su tendencia a la huida hacia delante. “Tenemos un problema, comenzamos un nuevo proceso de adhesión”.

Cuarta: argumentar que la salida del Reino Unido se debe a las políticas de austeridad de la UE es una muestra de supino desconocim­iento o de ideología recalcitra­nte. Al contrario, el exceso de regulación de la UE ha dado alas a los partidario­s del Brexit.

Quinta: el efecto en España puede ser relevante en el turismo, las exportacio­nes de algunos productos o la demanda de vivienda en la costa. Pero la incertidum­bre sobre el efecto del Brexit en la extensión de la depreciaci­ón de la libra, los permisos de residencia, etc. impide ni siquiera hacer un cálculo aproximado del coste.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain