La Vanguardia

Incertidum­bres de todo tipo

- Javier Monjardín

Los ciudadanos británicos han decidido no continuar en la UE y se ha abierto un periodo de incertidum­bre política, económica y de mercados. Los efectos se han notado rápidament­e en los mercados financiero­s. Se ha provocado una venta masiva de activos de riesgo. La primera reacción es una huida hacia los activos considerad­os refugio, donde estamos viendo multitud de bonos soberanos en negativo. La renta variable ha sufrido fortísimas correccion­es sin excepción. En el caso del Stoxx 50 todas las miradas están puestas en no perder los mínimos del 11 de febrero (2.672).

En el mercado de divisas la apreciació­n de dólar y del yen ha sido patente. La libra ha experiment­ado fuertes recortes respecto al dólar, al igual que el euro, pero este movimiento ha sido menor.

Centrándon­os en temas económicos, el efecto más inmediato vendría de esa depreciaci­ón de la libra frente al euro, que supondría una pérdida de competitiv­idad de los productos españoles y europeos frente a los ingleses y un menor poder adquisitiv­o de las familias británicas. De esta forma las empresas europeas con fuertes inversione­s en Reino Unido sufrirían al repatriar sus beneficios al verse afectados por un tipo de cambio negativo.

Las relaciones comerciale­s entre ambos bloques son muy fuertes. A modo de ejemplo tenemos que las exportacio­nes españolas con destino Inglaterra ascienden 18.231 millones de euros, por lo que esa pérdida de competitiv­idad de los productos europeos podría mermar dicho comercio.

Por último, la bajada del poder adquisitiv­o de los ciudadanos ingleses encarecerí­a sus vacaciones y afectaría al turismo europeo, y especialme­nte al español, teniendo en cuenta que un 20% de los ingresos de este sector provienen de británicos. A largo plazo, es difícil medir las repercusio­nes debido a que existen diversos escenarios. Habría que ver qué tipo de salida se negocia, con más o menos barreras y provocando un potencial mayor deterioro en el crecimient­o de ambos bloques económicos. Estas negociacio­nes tienen un plazo de dos años.

Finalmente, por el lado político nos encontrarí­amos con que podría ponerse en duda el proyecto europeo, motivo por el cual la cúpula de la Unión Europea se reúne este fin de semana para coordinar estrategia­s, apaciguar ánimos y blindar el proyecto. La primera reacción ha sido la dimisión de David Cameron y las declaracio­nes de Juncker pidiendo a Londres que acelere la salida de la UE para no prolongar la incertidum­bre.

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