‘MADRE CON HIJO MUERTO’
Desde la reunificación, la Neue Wache es el monumento nacional a las víctimas de la guerra y la tiranía, así que no es raro ver a mandatarios extranjeros en visita oficial a Berlín depositando una corona de flores en homenaje. En el centro de la sala, en total soledad, se halla una versión ampliada de la conmovedora escultura Madre con hijo muerto, de Käthe Kollwitz, que modeló por encargo gubernamental el escultor Harald Haacke. Pero se la conoce más como la Piedad de Kollwitz porque la madre dolorosa envuelve en su manto y su abrazo al soldado sin vida. En la techumbre hay una gran abertura circular, de modo que cuando llueve o nieva la escultura padece la inclemencia y se acentúa la sensación de desconsuelo. Luego se pueden ver obras en el Museo Käthe Kollwitz, ubicado desde 1986 en un palacete del barrio de Charlottenburg, en la misma zona donde exponían los artistas de la Secesión de Berlín. Kollwitz fue de las primeras mujeres en integrarse en esa asociación que, en el paso del siglo XIX al XX, buscó distanciarse de la conservadora asociación oficial de artistas. En las obras desplegadas en el museo vemos esos latidos de tristeza, culpa y dolor, esa mirada compasiva y de denuncia ante la guerra, el hambre y la injusticia social. Sus personajes no son agraciados, los afean sus muecas de congoja. El año que viene se cumplirán 150 años del nacimiento de la artista, represaliada por los nazis hasta que la guerra la engulló. La casa de Prenzlauer Berg quedó destruida en 1943, cuando ella –anciana y viuda– había sido ya evacuada fuera de la capital. Murió el 22 de abril de 1945, poco antes del armisticio.