Austria da otra oportunidad a la ultraderecha para ganar
El TC atiende la demanda del FPÖ y habrá nuevas elecciones
La presidencia austriaca del ecologista Alexander van der Bellen, que batió por un estrecho margen al ultraderechista Norbert Hofer, ha durado poco. El Tribunal Constitucional de Austria ha atendido las reclamaciones del partido de Hofer y ha anulado la votación del pasado mayo. Los nuevos comicios, se celebrarán en tres meses.
Austria, y Europa entera, volverán a jugársela. El Tribunal Constitucional austriaco anuló ayer el resultado de la reñida segunda vuelta de las elecciones presidenciales del pasado mes de mayo tras admitir que hubo irregularidades en el recuento, y obligó a convocar una nueva votación en otoño. Una decisión sin precedentes que da una nueva oportunidad al Partido de la Libertad (FPÖ) para hacerse con la presidencia del país y convertir a su candidato, Norbert Hofer, en el primer jefe de Estado de ultraderecha y euroescéptico de la Unión Europea. Sólo una semana después del triunfo del Brexit en el referéndum británico, la UE se enfrenta a un nuevo reto que parecía superado.
Ninguno de los dos candidatos que se enfrentaron en mayo, Norbert Hofer y Alexander van der Bellen (de izquierda, exlíder de los Verdes), “saldrá perjudicado”, subrayó el presidente del Tribunal Constitucional, Gerhart Holzinger, al dar lectura a la sentencia. “La decisión no convierte a nadie en ganador o perdedor”, añadió Holzinger, quien consideró que el dictamen servirá para fortalecer la confianza en el Estado de derecho y la democracia.
Ayer mismo, sin embargo, la televisión austriaca mostraba a un activista que ofrecía plátanos a los viandantes ante el palacio del Constitucional y se lamentaba de que Austria fuera una “república bananera”. El presidente saliente, Heinz Fischer, se apresuró a comparecer ante los medios para intentar superar esa idea y, rizando el rizo, subrayar que la sentencia demostraba todo lo contrario: que Austria es un Estado de derecho
El Constitucional admite numerosas irregularidades y obliga a repetir las votaciones
en el que los errores se corrigen de forma profesional.
Las elecciones habían sido impugnadas por el Partido de la Libertad de Hofer al considerar que se cometieron numerosas infracciones. Hofer perdió la presidencia por una mínima diferencia de 30.863 votos frente a su rival, Alexander van der Bellen.
El dictamen del Constitucional aclara que no hubo fraude, pero sí numerosas irregularidades. Los 14 jueces han actuado con gran profesionalidad. Han examinado una a una las demandas, con interrogatorios a los testigos, mediante estudio y exámenes de los documentos, algunas veces en sesiones públicas. El resultado ha sido espectacular: las violaciones de la ley y de diversos preceptos constitucionales que han sido probadas han llevado a los jueces a anular los resultados de unas elecciones que han demostrado haber sido ser una chapuza administrativa. La lista de las faltas es asombrosa: protocolos firmados en blanco, recuentos hechos por una sola persona, sobres de vota-
ción postal abiertos a deshora, violaciones del secreto de voto...
El tribunal, en todo caso, precisa que la anulación de las elecciones no se debe a que haya habido manipulaciones demostradas, sino a que se han llevado a cabo de tal forma que había cabida suficiente para manipulaciones. Y han sido detectadas violaciones de la ley en distritos con un número de votantes (77.926) no muy superior a la muy justa diferencia de votos (30.863) entre los dos candidatos.
Una de las cosas que más han sorprendido al tribunal ha
Hofer será uno de los tres presidentes interinos hasta que se repitan las elecciones
sido descubrir la enraizada costumbre de la oficina de elecciones en el Ministerio del Interior de revelar a partir del mediodía el número de votos registrados para cada partido en diversos colegios electorales (bien porque habían ya cerrado, bien porque alguien había hecho el recuento). Para ello existe una base de datos de la agencia de prensa APA que hace sucesivos “cálculos por interpolación” para la televisión oficial. La base de datos se alimenta de las cifras que son suministradas directamente por la oficina de elecciones. Todos los clientes de APA, incluidos los partidos políticos, tienen acceso a estos datos muchas horas antes de que se cierren las urnas. Estos datos están sometidos a “embargo”, es decir, no pueden ser publicados antes de que se cierren todos los colegios. Pero es posible imaginar qué posibilidades de influir en los electores ofrecen.
Tras la decisión del Constitucional, una vez el actual presidente, Heinz Fischer, deje el cargo (el 8 de julio) y hasta que se repitan las elecciones, la jefatura del Estado pasará a ser ejercida durante unos meses por el colegio presidencial del Parlamento, compuesto por tres personas. Una de ellas, por cierto, el candidato Norbert Hofer.