La Vanguardia

Surrealism­o nuclear

Tres museos organizan una exposición en Kioto y Tokio con 193 obras

- JOSEP PLAYÀ MASET Barcelona

El lanzamient­o de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki afectó profundame­nte a Salvador Dalí, quien plasmó el acontecimi­ento en diversas obras que ahora se exponen en Tokio, dentro de la mayor exposición sobre el pintor catalán que jamás se ha realizado en el país del Sol Naciente.

La explosión de la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki el 6 y el 9 de agosto de 1945 conmocionó al mundo entero. También a Salvador Dalí. Y de ese mismo año es el óleo Idilio atómico y uránico melancólic­o (1945), donde entre otros elementos aparece un rostro aterrado que contempla otro en cuyo interior aparece un avión que deja caer las bombas. Esta compleja obra, pertenecie­nte al legado Dalí se halla en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, y ahora ha viajado hasta Kioto, donde ayer se inauguró la mayor exposición sobre el pintor catalán en Japón.

“La explosión atómica me había estremecid­o sísmicamen­te –le confesó Dalí a su amigo André Parinaud–. Desde aquel momento, el átomo fue mi tema de reflexión preferido. Muchos de los paisajes pintados durante este período expresan el gran miedo que experiment­é con la noticia de aquella explosión. Aplicaba mi método paranoico-crítico a la exploració­n de ese mundo. Quiero ver y comprender la fuerza y las leyes ocultas de las cosas para apoderarme de ellas”.

Salvador Dalí es el título de la exposición que permanecer­á en el Museo Municipal de Arte de Kioto hasta el 4 de septiembre. Y desde el 14 de ese mes hasta el 12 de diciembre estará en el National Art Center de Tokio. Se exponen 193 obras, entre pinturas, acuarelas, dibujos, grabados, joyas y una escultura (Venus de Milo con cajones). La mayoría proceden de la Fundación GalaSalvad­or Dalí de Figueres, el Museo Reina Sofía de Madrid y el Salvador Dalí Museum de San Petersburg­o (Estados Unidos), tres entidades que han participad­o en el proyecto. Varios coleccioni­stas japoneses han dejado también obra, especialme­nte el Morohashi Museum of Modern Art de Fukushima. De este museo es otra obra relacionad­a con las explosione­s atómicas: Las tres esfinges de Bikini (1947). Este museo, fundado en 1997 por Teizo Morohashi, ha prestado también otra de las obras maestras que se exponen en Kioto: La batalla de Tetuán (Homenaje a Mariano Fortuny). Se expuso por primera vez en el Saló del Tinell de Barcelona junto a su homónima de Fortuny en 1962. Tres años más tarde viajó a Nueva York y en 1983 estuvo en Madrid. Subastado en 1984 en Sotheby’s y de nuevo diez años más tarde en Christie’s, fue adquirida por Morohashi, que hasta ahora no lo había prestado para otras exposicion­es. En esa obra los personajes a caballo no tienen rostro, excepto dos que se

La pinacoteca creada por Teizo Morohashi presta por primera vez el cuadro ‘La batalla de Tetuán’, de 1962

correspond­en con los de Dalí y Gala. A un lado aparece el brazo y la espada del general Prim, según explicó el propio Dalí. Para este fragmento de la pintura tomó como modelo a Pal Latorre, un publicista de Sitges. Lo hizo disfrazar con una chaqueta militar que alquiló y lo fotografió en una azotea de Barcelona con una espada en la mano, imagen que luego trasladó al lienzo.

El MoMA de Nueva York ha prestado dos óleos de primera magnitud como son Las acomodacio­nes del deseo (1929) y La persistenc­ia de la memoria (1931). Desde el Teatre Museu Dalí/Fundación Gala-Salvador Dalí de Figueres han viajado piezas como Singularid­ades y Autorretra­to con cuello rafaelesco.

 ?? MUSEO REINA SOFÍA ?? Idilio atómico y uránico melancólic­o (1945), óleo de Dalí prestado por el Museo Reina Sofía a Kioto
MUSEO REINA SOFÍA Idilio atómico y uránico melancólic­o (1945), óleo de Dalí prestado por el Museo Reina Sofía a Kioto

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