Mas no tendrá función ejecutiva en la nueva CDC
La militancia deberá decidir si quiere una dirección colegiada
El presidente de la nueva fuerza política que sustituya a CDC será la máxima representación institucional del partido y no tendrá funciones ejecutivas. Ésta es la previsión que figura en la propuesta de bases organizativas que se someterá a la consideración de los participantes en el congreso fundacional de la formación que se celebrará los próximos días 8, 9 y 10 en el Centre de Convencions Internacionals de Barcelona, en el recinto del Fòrum. Una previsión que implica que Artur Mas, que nadie duda que estará al frente del nuevo partido, será un presidente representativo.
Las funciones ejecutivas las tendrá la denominada, precisamente, dirección ejecutiva, un órgano de máximo doce persones, cada una con unos cometidos específicos, que los congresistas tendrán que decidir si será colegiado o tendrá una estructura vertical con un secretario general al frente. En cualquier caso, cuando se produzca la elección –en otro congreso el día 23– el órgano tendrá que ser votado en bloque y, una vez constituido, a sus reuniones podrá asistir el presidente. Por debajo de este máximo órgano de dirección se situará el comité nacional –el actual comité ejecutivo– (entre 40 y 80 miembros), el consejo nacional (entre 300 y 500 miembros) y la asamblea nacional –en lugar del congreso–, que los congresistas decidirán qué composición y qué atribuciones tendrán. A las asambleas, por ejemplo, podrán asistir todos los asociados, que es cómo pasarán a llamarse los militantes de la nueva formación, que tendrán que realizar una aportación mínima anual de 80 euros. Y, además, también habrá una estructura territorial y sectorial.
La propuesta de bases organizativas es un documento abierto a partir del que los participantes en el congreso tendrán que decidir si los cargos del partido y los institucionales se eligen por primarias, si se limitan sus mandatos y en qué proporción es incompatible compaginar unos y otros. También tendrán que pronunciarse sobre la creación de un consejo para la calidad democrática, de una comisión para la transparencia, de una comisión económica, de mecanismos para la rendición de cuentas y de mecanismos de participación interna, así como sobre el papel de los independientes o, entre otras materias, el régimen sancionador. E igualmente, por ejemplo, sobre si se crea la figura de una especie de cazatalentos que se dedique a buscar talento entre los asociados y simpatizantes.
Junto a la organización, el congreso deberá pronunciarse también sobre la definición ideológica del nuevo partido, contenida en una propuesta de bases fundaciones que se encargará de presentar personalmente Artur Mas. Éste, a diferencia del anterior, es un documento cerrado, que define a la nueva formación como un partido político demócrata, catalanista, soberanista, europeísta, de espíritu social, liberal y humanista, formado por personas de diversos orígenes, ideas y creencias y alejado de los planteamientos dogmáticos y los extremos ideológicos, que tiene por objeto convertir a Catalunya en un Estado independiente de la Unión Europea y hacer de Catalunya un
El nuevo partido se define como soberanista con vocación de centralidad social y política
país inclusivo, económicamente próspero, socialmente justo, con igualdad de oportunidades, con colaboración entre los sectores público y privado y con una cultura viva. Y con todos estos elementos el nuevo partido tiene vocación de transversalidad, apertura y centralidad social y política y mentalidad de gobierno y aspira a un funcionamiento plenamente democrático y transparente en el que la meritocracia será esencial y la financiación sea basará, por ejemplo, en un sistema mixto entre aportaciones públicas y aportaciones de los asociados y donaciones de particulares.
Los dos documentos, basados en
los resultados del proceso participativo interno del llamado Torn Obert, fueron remitidos ayer a los militantes y simpatizantes de CDC para que los estudien antes del inicio del congreso. Un cónclave que, de todos modos, se iniciará el día 8 con un congreso previo, el decimoctavo de CDC, que en la práctica será el último, ya que a partir de ese momento, aunque jurídicamente el partido seguirá existiendo –sobre todo para hacer frente a las obligaciones, deudas y compromisos contraídos–, políticamente pasará a estado de hibernación. A continuación empezará el congreso fundacional de la nueva fuerza política que le sustituirá, que lo primero que hará, el mismo día 8, será decidir el nombre que tendrá. Los participantes en el cónclave podrán escoger, en votación, entre dos opciones que les planteará el comité organizador, una que contendrá el término Convergència y otra que no, y que irán acompañadas de la imagen, la marca y el logotipo correspondientes. En el congreso podrán participar todos los militantes y simpatizantes que lo deseen, con el único requisito de haberse apuntado previamente, a través de la web de CDC, y haber abonado una cuota de inscripción de 25 euros.
Una vez concluido el congreso el día 10, el día 11 se abrirá el periodo de presentación de candidaturas para la elección de la dirección ejecutiva el día 23, y los aspirantes podrán hacer campaña como ocurrió en las primarias de las recientes elecciones generales. El candidato que de momento tiene más avanzada su presentación es Germà Gordó, que está ultimando una lista con representantes de todas las sensibilidades –de los democristianos a los socialdemócratas, pasando por los liberales– que conviven en la actual CDC. Y, en paralelo, va tomando cuerpo también otro candidatura con Jordi Turull, Miquel Buch, Neus Munté, David Bonvehí e independientes como Míriam Nogueras y Miquel Àngel Escobar que se desearía que fuera de consenso.