La excepción
“Pero qué quiere esta niña, ¿ser presidenta de la República?”, decían sus familiares... Ella estudiaba y estudiaba y se escapaba una y otra vez de un marido que la maltrataba. Consiguió licenciarse en Derecho, una proeza. Estuvo encarcelada por defender los derechos humanos. Fundó la Asociación Mauritana de Derechos Humanos, con la que lucha por la mujer y contra el esclavismo: “Cuando sabemos de una violación, las mujeres nos cogemos de la mano y vamos a denunciarla ante el juez ”. Se ha jugado muchas veces la vida, Hillary Clinton la premió por su lucha contra el tráfico de personas y es premio Internacional de Derechos Humanos de Nuremberg. El Consell de l’Advocacia Catalana le acaba de otorgar el premio Valor.