CLAMOR POR EUROPA
ESCOCIA BUSCA UNA SOLUCIÓN DE EMERGENCIA
MARCHA MULTITUDINARIA EN LONDRES CONTRA EL ‘BREXIT’
Los escoceses adoran España, les encanta la paella, la Costa Brava es su referencia de paraíso, ahorran para ir al Camp Nou y tienen al Barça en un pedestal. Pero en su lista de ídolos ibéricos no figuran precisamente el Gobierno central de Madrid y Mariano Rajoy. Más bien todo lo contrario, sobre todo después de decir que la permanencia de Escocia en la UE, si se confirma el Brexit, tendrá que pasar por encima de su cadáver. Aunque últimamente, como pueden atestiguar sus amigos conservadores David Cameron y Boris Johnson, convertirse en un cadáver político es bastante fácil.
Al margen de la hostilidad de Madrid y París , el Brexit ha puesto a los nacionalistas escoceses en un brete, justo cuando habían decidido ser prudentes y no mover ficha hasta estar seguros de que ganaría la independencia. ¿Qué les conviene hacer? ¿Aprovechar la rendija que se ha abierto para colar un segundo referéndum? ¿Esperar a ver qué pasa, si el Reino Unido efectivamente se va o no se va, cuándo y en qué condi- ciones? ¿Negociar lo antes posible con Bruselas la permanencia de Escocia o el acceso al mercado único sin tener en cuenta el calendario de Londres? ¿O aguantar la pelota hasta que quede claro a qué tipo de relación comercial llegan la Unión Europea y el Reino Unido (o el antiguo Reino Unido, igual que se hablaba de la antigua Yugoslavia)?
Con Gran Bretaña traumatizada todavía por el resultado de la votación, en la práctica sin primer ministro ni líder de la oposición, y menos una hoja de ruta, la clase política como protagonista de un drama jacobino de traiciones y asesinatos, enzarzada en su juego de tronos particular, en medio de una cuádruple crisis política, económica, constitucional y hasta deportiva (tras la derrota de Inglaterra ante Islandia en la Eurocopa), el único Gobierno serio y efectivo es el escocés.
Nicola Sturgeon, cada vez más en el papel de gran estadista, no ha cometido ni un sólo error desde el Brexit: ha reafirmado las credenciales europeístas de Escocia, dado la bienvenida a todos los ciudadanos de la UE que viven y trabajan en el país, viajado a Bruselas en una misión
de tanteo, estudiado quiénes pueden ser sus amigos y sus enemigos (Rajoy y Hollande al frente), colocado el referéndum sobre la mesa pero sin comprometerse a nada, constituido una comisión de expertos legales para examinar las expectativas, explorado una alianza proeuropea con Gibraltar y Londres y pedido calma.
Las opciones son múltiples, y tardará en aclararse el panorama. Asumiendo que se confirme el Brexit, para Edimburgo sería muy distinto