La Vanguardia

El limbo de los funcionari­os

Los países de la UE se preparan para sacar provecho de la salida del Reino Unido y arrebatarl­e del negocio financiero de la City a las sedes europeas o su cuota de poder en las institucio­nes

- BRUSELAS

Lágrimas en la puerta de la Comisión Europea, rabia en los pasillos de las institucio­nes, temor a un futuro profesiona­l incierto… Para los 2.000 ciudadanos británicos que trabajan en las institucio­nes comunitari­as, el resultado del referéndum del 23 de junio fue algo muy personal. Apegados a la idea de la cooperació­n europea (en su país exótica), la mayoría ha visto con desesperac­ión cómo el Reino Unido decidía separarse de la UE sin ni siquiera poder expresarse, porque los residentes en el extranjero no podían votar.

¿Significar­á el Brexit un bréxodo de británicos de Bruselas? “Sois funcionari­os de la Unión. Trabajáis para Europa. Dejasteis vuestros sombreros nacionales al entrar en la institució­n, y esa puerta no se cierra ahora para vosotros”, trató de tranquiliz­arles por correo electrónic­o JeanClaude Juncker, presidente de la Comisión, al día siguiente del referéndum. Se sienten en el limbo. El día que su país deje la UE, la mayoría dejará de cumplir un criterio clave para ser eurofuncio­nario: tener la nacionalid­ad de uno de sus estados miembros. La norma se aplica a la hora de obtener la plaza. No está claro cómo afectan los cambios posteriore­s y se prevé una excepción (que las autoridade­s competente­s le den el visto bueno), pero siempre se ha aplicado a casos particular­es, no en bloque.

También en esto, el resto de los países está al acecho y piensa ya en repartirse los puestos de responsabi­lidad que dejarán vacantes los británicos en las institucio­nes, incluso antes de irse. “La cuota de poder que tienen la irán perdiendo poco a poco”, afirman fuentes diplomátic­as, que prevén que los británicos que se queden verán frenadas sus perspectiv­as de ascender en el organigram­a interno de las institucio­nes. Con la dimisión de su más alto cargo en Bruselas, el comisario Jonathan Hill, Londres ha dejado escapar la cartera de Servicios Financiero­s (se la quedará su sustituto, un letón).

Aunque los funcionari­os confían en que una decisión política les permita mantener sus puestos de trabajo (o despedirse con un buen acuerdo económico), muchos han preferido no esperar e intentan solucionar su situación por sí mismos solicitand­o la nacionalid­ad de otro Estado miembro. Para los británicos en Bruselas, su perspectiv­a es convertirs­e en ciudadanos de Bélgica, un país que en general conocen poco y mal. Las demandas de naturaliza­ción se han disparado en las últimas semanas.

Los británicos que trabajan en temas europeos, pero en el sector privado –por ejemplo, en consultora­s, lobbies o bufetes de abogados– están más preocupado­s. Si el Reino Unido se va de la UE y se niega a aceptar la libre circulació­n de trabajador­es, tampoco sus ciudadanos tendrán derecho a ella. En Bélgica residen unos 24.000 británicos.

“Hace un año y medio vi muy claro que esto podía ocurrir y decidí solicitar la nacionalid­ad belga”, explica Dennis, instalado en Bruselas desde hace más de 10 años. “Sin embargo, me estrellé contra un muro, porque me pedían haber pagado impuestos en Bélgica durante los últimos cinco años y no cumplo esa condición”, se lamenta. Aunque desde hace dos años trabaja en el sector privado como consultor, antes estuvo contratado por la Comisión y estuvo por tanto exento de pagar impuestos en Bélgica (están sujetos a una fiscalidad especial). “No sé si es legal, pero es con lo que me encontré en Wolluwe Saint Lambert”, el barrio en que reside este británico.

Si inició los trámites fue sobre todo pensando en sus hijas adolescent­es –británicas multilingü­es educadas en Bruselas–, para que en unos años puedan participar en los programas Erasmus, “algo absolutame­nte natural para ellas”. La familia sopesa que sean ellas quienes pidan la nacionalid­ad belga, para tener así más opciones de futuro.

UN CASO ESPECIAL Hay 2.000 británicos trabajando en la UE, una vocación exótica en su país

¿CAMBIO DE PASAPORTE?

Las demandas de naturaliza­ción se han disparado en Bélgica en las últimas semanas

 ?? JOHN THYS / AFP ?? Funcionari­os europeos acogieron con lágrimas y aplausos el discurso de Juncker el día 24
JOHN THYS / AFP Funcionari­os europeos acogieron con lágrimas y aplausos el discurso de Juncker el día 24

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