Ridícula letanía
El lío que se está haciendo el PSC a sí mismo, a cuenta de la consulta catalana, que no sería una consulta sino un referéndum pactado, sólo si falla la reforma constitucional, pero tampoco no sería un referéndum en Catalunya sino en toda España, de manera que no sería un referéndum de independencia sino una encuesta sobre la simpatía de los catalanes en España, es decir nadie sabe que sería, pues todo este vitriólico lío empieza a rozar el ridículo.
La verdad es que no entiendo por qué Miquel Iceta –que además de ser inteligente, ha demostrado siempre mucho arrojo– se dedica a tanta tontería sobre el tema catalán cuando ni él cree en consultas ni lo desea su partido, y además lo detesta el hermano mayor español. Me parece un ejercicio diletante y, sobre todo, inútil, que le resta credibilidad a la mucha que ya ha perdido. Y ese es el quid de tan espinosa cuestión, que sobre el relato catalán el PSC ha perdido el mapa, el norte y la brújula y, difuminado en discursos con naftalina, se resiste a admitir lo que es una evidencia: no tiene ningún proyecto para resolver el conflicto Catalunya-España. Por supuesto, es cierto que no tiene proyecto porque ha tirado
Si el PSC ha decidido ser una comparsa del PSOE, que lo sea sin tanto disimulo ni tanta ópera bufa
por la borda el que tuvo en sus orígenes, y además ha depurado los restos en las purgas de los últimos tiempos. Pero incluso así, cabía esperar algún relato propio de una cierta valentía que enviara un doble mensaje: su personalidad catalana se mantenía bajo mínimos, pero se mantenía; y había una salida socialista para la encrucijada catalana.
No la hay, y todo lo que se perpetra desde ese vacío suena a hueco y a falso porque intenta enmascarar la verdadera naturaleza del invento. Quizás deberían liberarse de complejos y decir abiertamente que no tienen ninguna salida para el problema catalán, que su disciplina española les impide aceptar una consulta democrática y que venden humo para esconder el fuego. Personalmente creo que es más indigno protagonizar farsa tras farsa que mostrar con naturalidad la propia naturaleza. Y si han decidido ser una comparsa del PSOE, que lo sean con todas las consecuencias, sin tanto disimulo, tanto proyecto vacuo y tanta ópera bufa. Porque entretener al personal con propuestas estériles que se desvanecen al primer soplido, sirve para el titular diario pero deja hambriento al ciudadano responsable. Y lo que es peor, le deja con cara de tonto. Y eso es lo más antipático del engendro.
Acabo con la famosa máxima de un analista de categoría, el gran Groucho Marx que, respecto al PSC y su cuento de la lechera catalán, viene de perillas: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”. O las consultas fantasmas, o los referéndums encuestas, o las reformas imposibles, o lo que más se les ocurra, que cuando no hay compromisos de fondo, siempre hay baratijas.