Hacia una revolución educativa
Durante la segunda jornada de los premios de la Fundació Princesa de Girona, el Rey se interesó por la nueva pedagogía
Una nueva pedagogía reflexiva y creativa para un mundo diferente que padece enfermedades globales. La segunda jornada de actividades paralelas a los premios Fundació Princesa de Girona abordó la necesidad de caminar hacia una educación diferente que ataque unas deficiencias todavía sin resolver, como el cambio climático, la pobreza extrema, los grandes flujos migratorios o las epidemias.
El experto en educación emocional Ian Gilbert abrió la III Jornada con la conferencia Entrenar para ser libre ante un auditorio ayer transformado en un gran claustro con 450 profesores. Y entre los docentes, y en una quinta fila sin ser percibido por la mayoría, el Rey seguía atento y comentando con las personas sentadas a su lado una conferencia interactiva y que interpelaba a los oyentes a la reflexión. Con un discurso que presta especial atención a ayudar a los maestros a tomar consciencia de que los niños deben “pensar y aprender”, Gilbert destacaba de inicio que el emprendimiento “tiene que ver con cambiar el mundo”.
A modo de ejemplo ilustrativo de esta premisa, Ian Gilbert, fundador de la plataforma Independent Thinking, desgranó el sistema que impulsó en 1975 en Venezuela el maestro Abreu. Un proyecto que empezó en el garaje particular de Abreu con once niños a los que impartía clases gratuitas de música –y que actualmente abarca a 700.000 niños al día–, de los cuales entre el 70% y el 90% se encontraban en situación de pobreza. “Lo realmente importante es la transformación social. Cuando a un niño se le enseña a tocar un instrumento, dejará de ser pobre”, dijo y añadió que “enseñar a ser emprendedor implica salir de la pobreza para siempre”.
Gilbert explicó también que la transformación debe empezar por plantear los problemas a los jóvenes para que sean ellos los que busquen la solución y puedan desarrollar las seis características que, según él, definen un buen emprendedor: positividad, valentía, determinación, confianza en uno mismo, creatividad y energía pura. Son estas características las que permiten que una persona se atreva a hacer las cosas de manera diferente u opuesta a como se han hecho siempre, y permitan así una evolución de las ideas. “Si la realidad es cambiante y llena de incertidumbre, ¿por qué educamos a nuestros hijos o estudiantes en la certeza?”, destacó.
Gilbert defendió también la idea del maestro como estimulador, alguien que ayuda a los niños a pensar más allá, no ponerse límites y, sobre todo, escucha lo que piensan y les pregunta cosas insólitas para que desarrollen su capacidad analítica: ¿se puede limpiar un agujero?, ¿hay más pasado o más presente?, ¿cómo medir un tercio de amor? Para Gibson no hay respuestas correctas o incorrectas, sino preguntas que plantean otros o que se pueden responder con un “depende”. Gilbert animó a pensar y ver el mundo de otra forma e incentivó a los profesores a buscar los cambios que necesita
El maestro debe escuchar y ayudar a los niños a pensar y a no ponerse límites
El aprendizaje dura toda la vida y hay que enseñar a los alumnos a trabajar
la educación. Don Felipe tomaba notas, hacía fotografías con el móvil y levantaba la mano para participar en respuestas como “un coche estropeado, ¿está aparcado?”.
Una vez fuera del auditorio, los Reyes conocieron por voz de los protagonistas los proyectos impulsados por la Fundació Princesa de Girona. Escucharon y se interesaron por las explicaciones y argumentos de los participantes.
La jornada de la tarde la abrió la profesora y escritora Alison Margaret Peacok con la conferencia Aprendiendo sin límites, con la cual los asistentes comprobaron que es posible lograr llevar a la práctica un modelo educativo alternativo. Peacok, como directora de la escuela Wroxham desde el 2003, ha desarrollado un método donde ningún niño se etiqueta según sus supuestas capacidades, tal como fomenta la escuela tradicional. En las aulas de su escuela de educación primaria, situada en Hertfordshire, se “crean las condiciones en la clase para que cada niño escoja de forma independiente. Se crea un clima de apertura en el aprendizaje para niños y adultos”, añadió.
La profesora explicó que para conseguir un “logro excepcional” se deben dar tres “condiciones fundamentales: la retroalimentación, el conocimiento del contenido pedagógico y el diálogo que ayuda a fomentar el conocimiento”. Su modelo de éxito, que le ha llevado a coescribir el libro Creating learning without limits, pasa por ayudar a los niños a trabajar. “El aprendizaje dura toda la vida. Quién sabe cuándo va a acabar”, concluyó.
La segunda jornada de actividades paralelas de la Fundació Princesa de Girona contó también con mesas redondas para completar una jornada de debate interactivo y pedagógico, donde los jóvenes escucharon consejos para mejorar sus oportunidades y los profesores reflexiones para enriquecer su docencia. Y los Reyes tomaron buena nota de todo ello.