El drama de Burdeos
Alemania bate a Italia en una tanda de penaltis con 9 lanzamientos por equipo
No podía imaginarse un desenlace más dramático para el gran clásico europeo. Alemania expulsó por primera vez a Italia de una competición internacional después de una larga y emocionante tanda de nueve penaltis por cada equipo ante dos colosos de la portería, Buffon y Neuer. El conjunto de Conte erró cuatro lanzamientos, uno más que Alemania, que convirtió la ejecución definitiva por medio de Jonas Hector, defensa del Colonia. Scheweinsteiger había tenido la oportunidad de cerrar la ronda en el quinto lanzamiento, pero envió a las nubes. Fue un final de alta tensión, el desquite germano por la eliminación en las semifinales de la Eurocopa anterior, para un partido de alto contenido táctico.
Si por alguna casualidad apareciera en una tienda de segunda mano, se desaconseja encarecidamente la compra del aparato reproductor (el tecnológico) de Joachim Löw. Estos días ha sido sometido a un desgaste extraordinario de tantas veces como ha reproducido la derrota de España contra Italia en París, fundamentada en un profundo ejercicio táctico de Antonio Conte. El técnico alemán se dio por aludido y modificó su planteamiento hasta prácticamente replicar la fórmula italiana. Alemania jugó con tres centrales y dos laterales abiertos y adelantados, como su oponente, con lo que se escenificó, más que un partido de fútbol, una sesuda partida de ajedrez en la que cada peón, cada detalle, cada movimiento, tenía importancia. A Löw no le importó sacrificar a Draxler, un atacante inspirado en el torneo, para entrar en el juego de penalizar errores del adversario.
Mayoría germana en las gradas y mucho respeto mutuo entre dos equipos más centrados en no incurrir en desaciertos posicionales propios que en provocar errores del adversario. En este sentido, Alemania mostró versatilidad táctica frente a una Italia –la selección con la edad media más elevada– que sabe más por vieja que por Italia y superó sin ningún trauma una lesión de Khedira en el minuto 15 que motivó la entrada de Schweinsteiger. El corsé se mantuvo prieto hasta el final del primer acto, cuando un testarazo alto de Mario Gómez y un remate en semifallo de Müller –otra vez muy discreto y sin marcar en el torneo, ni en la tanda de penaltis– nos recordaron que en el fútbol el objetivo es hacer gol. Replicó Italia con un centro desde la línea de fondo de Giaccherini que no encontró destinatario y el rechace quedó a pies de Sturaro, cuyo buen disparo cruzado fue desviado por un defensa.
Alemania pensó que ya le había tomado las medidas a la propuesta italiana y en la reanudación conectó largas posesiones, forzó tres tarjetas amarillas y dos ocasiones de enorme consideración –un chut colocado de Müller repelido acrobáticamente por Florenzi cuando Buffon ya estaba batido– hasta que Özil materializó las amenazas al
Löw replicó el dispositivo táctico de Conte para evitar una debacle como la que sufrió España
rematar a gol, llegando desde la segunda línea, un servicio lateral de Hector en una jugada originada en Neuer. Acto seguido Gómez tuvo la sentencia, pero controló defectuosamente con el pecho y se vio obligado a inventar un remate de tacón de espaldas a la portería.
Cuando Italia parecía más aletargada Boateng le ofreció la oportunidad en un simple servicio de banda al área. Peinó Chiellini y el defensa del Bayern saltó por detrás del central italiano de manera imprudente, con los brazos completamente extendidos, y le tocó la pelota. Penalti transformado por Bonucci a pesar de la buena respuesta de Neuer.
El cronómetro avanzó inexorablemente hacia la prórroga, con mayor entereza del conjunto de Conte en el tramo final. Y en la prolongación, el cansancio, los calambres, el miedo y alguna bravata esporádica, como una buena maniobra de Insigne en el área desbaratada por Neuer, para tapar que, en realidad, Italia firmaba los penaltis. El duelo quedaba en manos de los porteros. Neuer detuvo dos (Bonucci y Darmian), Buffon, uno (Müller), y Zaza, Pellè, Özil y Schweinsteiger no encontraron el marco.