Un relojero con poco acierto contra el cronómetro

Julio Jiménez, nacido en Ávila en el año 1934, fue uno de los destacados del Tour de Francia de 1966, que acabó como rey de la montaña. Pequeño, era un gran escalador y consiguió 5 etapas del Tour, 4 del Giro y 3 de la Vuelta. Aquel mismo 66 tuvo al alcance la victoria en el Giro de Italia, donde lució la maglia rosa durante 11 días. “Anquetil me insistió en que dejara la maglia, que ya la recuperaría más adelante. No le hice caso y seguramente por eso no conseguí la victoria”. Acabó cuarto. En el año 67 el Tour se disputó por selecciones nacionales y las opciones de Jiménez se redujeron drásticamente. Aun así acabó segundo, sólo superado por el francés Roger Pingeon. Jiménez había sido aprendiz de relojero y por eso en el mundo del periodismo lo bautizaron como ‘el relojero de Ávila’. Curiosamente, donde menos lucía era en las etapas contra el cronómetro. Después de colgar la bicicleta se dedicó brevemente a los coches y fue piloto de rallies. En Ávila una calle, en subida evidentemente, perpetúa su nombre: ‘Cuesta de Julio Jiménez’.