Podemos se pregunta si el referéndum le perjudicó en las urnas
La formación de Iglesias envía a sus bases un cuestionario sobre las causas de la caída el 26-J
La dirección de Podemos pretende hacer un “análisis colectivo” de los resultados electorales y para ello pregunta a sus bases si la alianza con IU o la apuesta por el referéndum en Catalunya han influido al ir a votar.
El derecho a decidir figura como el tercero de los doce condicionantes sobre cuyo posible efecto mayor o menor la dirección de Podemos ha preguntado a sus bases y ejecutivas territoriales dentro de su “análisis colectivo de la campaña y los resultados del 26-J”. Se trata de buscar las claves de la pérdida de más de un millón de votos. Las respuestas se unirán al estudio demoscópico encargado a la dirigente Carolina Bescansa para fundamentar el diagnóstico que el Consejo Ciudadano estatal –máximo órgano entre congresos– emitirá el sábado.
“¿Cuánto pensáis que han influido en los resultados en vuestro territorio, y en qué dirección, los siguientes factores?”. Esta es la pregunta que antecede a la lista de posibles causas de los resultados electorales que el secretario de Organización del partido de los comunes, Pablo Echenique, envió el jueves a todas las ejecutivas municipales de la formación para que lo compartieran con los círculos de militantes y unos y otros lo utilizaran como guía de ese “análisis colectivo” del 26-J.
El catálogo de posibles factores del tropiezo de Unidos Podemos aparece encabezado por “la alianza con IU”: justo el motivo sobre el que el número dos de Podemos, Íñigo Errejón, así como sus más fieles partidarios, cargaron las tintas en los días de la resaca electoral. Los seguidores de Pablo Iglesias replicaron a ese ataque situando la culpa en la excesiva suavidad de la campaña diseñada por Errejón: la cuestión primordial que –destacada por encima de la lista de 12 condicionantes– centra las principales preguntas del documento enviado a las bases y cuadros medios de Podemos: “¿Cómo habéis percibido la campaña? ¿Pensáis que ha influido en los resultados en vuestro territorio?”, se pregunta a la militancia.
En el segundo lugar de la lista de factores, inmediatamente antes del “derecho a decidir”, aparece “la gestión de las conversaciones de investidura tras el 20-D”. Y después, por este orden, el Brexit; el polémico “discurso socialdemócrata” que Iglesias esgrimió a mitad de campaña; los debates electorales; la “mano tendida al PSOE”; los diálogos entre el ministro Jorge Fernández Díaz y el jefe de Antifrau, Daniel de Alfonso; los spots electorales; las acusaciones de financiación de Venezuela; el “miedo a que Podemos gobierne”, y los “ayuntamientos del cambio”, es decir, la gestión de los municipios gobernados por Podemos y aliados.
Resulta paradójico, pero fue ese temor a Podemos del penúltimo lugar de la lista el que Pablo Iglesias eligió el viernes como elemento principal, a su juicio, de los “insatisfactorios” resultados en las generales. El líder primó esa supuesta causa al tiempo que, seguramente en bien de la paz interna, quitaba importancia tanto a la posible incidencia de la alianza con IU como a la campaña light concebida por su número dos. Iglesias hizo esa formulación alternativa horas antes de las reuniones en que la cúpula de Podemos y las direcciones de Izquierda Unida y los socios de las confluencias territoriales cerraron filas tras la amarga pugna interna de los días anteriores. Unos y otros concluyeron que sí, que fue por el éxito de la “campaña del miedo” del PP y otros partidos por lo que Unidos Podemos y sus socios se dejaron más de un millón de votos en el 26-J.
El efecto positivo que la defensa del derecho a decidir tuvo en Catalunya y de paso en el País Vasco está fuera de duda, vistos los buenos resultados de En Comú Podem y Podemos-Euskadi. Pero falta ver hasta qué punto, según los datos demoscópicos y la consulta interna, el asunto pesó en las notables caídas sufridas por Unidos Podemos en comunidades autónomas como Andalucía, Madrid o Castilla y León, que es donde la oferta del referéndum en Catalunya despierta menos simpatías y donde la coalición se dejó más del 20% de los sufragios del 20-D.
Unidos Podemos perdió el 20% de los votos en Andalucía, Madrid o Castilla y León