Sánchez y Díaz velan armas en el PSOE
Los socialistas suman la batalla por el liderazgo al debate sobre la investidura
“Con ganas de pelea por ambos bandos”. Así ve el panorama, antes de la batalla final por el liderazgo del PSOE, un dirigente socialista que, como casi todos, vaticina ya una dura pugna después del verano entre Pedro Sánchez y Susana Díaz.
Ya reiteró Sánchez, ante el 26-J, que su futuro inmediato estaba en manos de los españoles, primero, y de los militantes socialistas, después. Los españoles hablaron en las urnas, efectivamente, y según interpretaron en Ferraz mandaron al PSOE a la oposición con sólo 85 diputados, su peor registro electoral en democracia. Pero el líder del PSOE, eso sí, pudo celebrar la noche del 26-J haber neutralizado el fantasma del sorpasso de Podemos con el que le amenazaron las encuestas.
Pese a que algunos críticos reclamaron aquella misma noche la cabeza de Sánchez –“si bajamos de 90 diputados, debe dimitir toda la dirección; se están cargando al PSOE que conocimos y deben irse”–, al líder del PSOE ni se le pasó por la cabeza dimitir. Así pues, su futuro al frente del PSOE quedará en manos de los militantes socialistas, que habrán de revalidarle en el cargo o sustituirle en el proceso congresual del partido que tendrá lugar el próximo otoño, probablemente en el mes de octubre.
Al alivio por haber evitado el temido sorpasso de Pablo Iglesias y sus huestes se sumó, la noche del 26-J, la tranquilidad que a algunos fieles a Sánchez les produjo que su principal rival interna, la andaluza Susana Díaz, tampoco saliera bien parada de la cita con las urnas. La presidenta andaluza pretendía no sólo contener a Podemos en su territorio, sino también mantenerse como primera fuerza por delante del PP. Una fortaleza que volvería a exhibir, en su particular guerra interna, frente a la debilidad en las urnas de Sánchez. Pero el PP se sacó la espinita y ganó en votos y escaños a Díaz en Andalucía. Este tropiezo llevó a algunos fieles de Sánchez a sugerir adelantar el congreso federal del PSOE, para revalidar el liderazgo sin oposición interna, al entender que la presidenta andaluza se replegaría y volvería a dejar pasar la ocasión.
No obstante, en Ferraz se impuso la responsabilidad de priorizar el calendario institucional antes que el orgánico. Es decir, se resolvió posponer el congreso federal hasta que se haya despejado la incógnita
LA PUGNA SÁNCHEZ-DÍAZ “Hay ganas de pelea por ambos bandos”, advierten en el PSOE sobre el duelo interno “LA CANDIDATA NO ERA YO” Lejos de arredrarse por los resultados del 26-J en Andalucía, Susana Díaz saca pecho
de la investidura de un presidente del gobierno en España.
Pero lejos de arredrarse por los resultados del 26-J en Andalucía, Susana Díaz sacó pecho: “La candidata no era yo”, zanjó con su mejor sonrisa, haciendo recaer la principal responsabilidad de los malos re-
sultados electorales sobre los hombros de Pedro Sánchez.
Ahora, todos en Ferraz dan por hecho que Susana Díaz, como hace meses que ella misma ya adelantó a algún presidente autonómico, desplegará su ofensiva para intentar hacerse con el liderazgo del PSOE después del verano. Y en el equipo de Pedro Sánchez hay quien espera que la presidenta andaluza dé por fin el paso, para resolver, de una vez por todas y en buena lid, esta pugna que no hace sino desestabilizar al líder del PSOE casi desde que accedió al cargo hace ahora dos años.
El de Susana Díaz, advierten no obstante en Ferraz, no será un paseo militar en el que ganará el liderazgo del partido sin despeinarse. Pedro Sánchez también tiene ganas de batirse en duelo, él de hecho es el único que ya tiene anunciado que se presentará al congreso para revalidar el cargo. Y observadores imparciales del PSOE aseguran que, en caso de presentarse, Díaz no tiene ganada de antemano la batalla. La presidenta andaluza tiene notables respaldos en el partido, pero aunque los críticos de Sánchez son legión, el líder del PSOE también ha trabado en estos dos años su propia estructura de respaldo alternativo. El choque, por tanto, podría estar muy equilibrado.
Y tampoco descartan, algunos dirigentes del PSOE, que pueda presentarse otro candidato, una tercera vía que trate de evitar la guerra que parece inevitable entre Sánchez y Díaz. En este hipotético supuesto, hay quien pronuncia de nuevo el nombre de Patxi López: “Sería una suerte de candidato no hostil para nadie”, valoran. Otros, no obstante, también vuelven a exhibir la figura de Eduardo Madina, ahora que ha recuperado su escaño en el Congreso. Una plaza, recuerdan algunos, de la que carece Díaz, y que piensan que sería imprescindible para aspirar a liderar al PSOE.
Pedro Sánchez y Susana Díaz velan sus armas, en todo caso, pero esta batalla, latente, se pretende mantener soterrada hasta después del verano. Antes que nada, advierten algunos, “hay un tema más importante y sobre todo más urgente sobre la mesa”. Y es despejar la incógnita del papel que desempeñará el PSOE en la gobernabilidad de España, y en la investidura de un nuevo presidente del gobierno, para evitar una tercera convocatoria de elecciones generales antes de que acabe este incierto 2016.
Pedro Sánchez mantiene un silencio absoluto desde la noche electoral. Pero si confiaba en que Mariano Rajoy hubiera resuelto la cuestión en su ausencia, lo cierto es que tanto el líder del PP como los dirigentes de Ciudadanos o del PNV insisten en que la pelota, de nuevo, se sitúe en el tejado del PSOE. Algunos líderes territoriales –como Javier Fernández o Guillermo Fernández Vara– desfilarán por Ferraz antes de que el próximo sábado se reúna el comité federal del PSOE y fije su posición. Sánchez, junto a otros muchos dirigentes, cierran filas en el no: no votarán afirmativamente la investidura de Rajoy ni se abstendrán. Pero como todos en el PSOE también coinciden en que no se pueden convocar otra vez elecciones, algunos dirigentes se han posicionado ya en una abstención “mínima y de última hora”, como la que defiende
ESTE SÁBADO, LA GRAN DECISIÓN Jáuregui y Borrell se suman a la vía de la abstención del PSOE que ya defiende Vara
Guillermo Fernández Vara.
Otros dos veteranos, como Ramón Jáuregui y Josep Borrell, se sumaron ayer a esta vía. “Que el PSOE se abstenga es una posibilidad –admitió Jáuregui en la Cope–, pero primero el PP tiene que explorar la idea de un gobierno más próximo con Ciudadanos y otros apoyos; si eso no funciona, ya veremos”. Borrell también defendió una abstención del PSOE para evitar nuevas elecciones, en El Periódico. Mejor, en su opinión, a cambio de contrapartidas –“un conjunto de medidas de tipo económico, social e institucional que el gobierno minoritario se comprometa a impulsar”–, que “sin contrapartidas ni condiciones, instrumentada técnicamente mediante la oportuna enfermedad de unos cuantos diputados”. El debate en el PSOE, en todo caso, está servido.