Prevenir el extremismo
Alexandre Muns Rubiol destaca la importancia de que en las elecciones que se celebrarán próximamente en diversos estados europeos se lance un mensaje claro contra los extremismos y la xenofobia: “El Reino Unido exporta el 50% de sus bienes a la UE, y exporta más a Irlanda que a China, India y Brasil juntos. Pero la demagogia de los xenófobos se ha impuesto y los británicos han votado por el Brexit”.
Durante los próximos dieciséis meses se celebrarán elecciones generales o referéndums en las principales potencias de la UE. Su resultado decidirá el equilibrio de fuerzas entre el centroderecha y el centroizquierda, si profundizamos en la integración europea y con qué cartas jugaremos en el tablero geopolítico mundial. Los partidos tradicionales y nuevos (muchos radicales) intentan representar a grupos con derechos adquiridos atemorizados por la globalización: las personas mayores, los sindicatos, la población rural y la que tiene menos estudios rechaza las reformas. Los más jóvenes, con más estudios y de zonas urbanas, son más proclives a aceptar que la superación de los retos del envejecimiento de nuestra población, la competitividad y la seguridad energética exigen políticas audaces.
El Reino Unido exporta el 50% de sus bienes a la UE, y exporta más a Irlanda que a China, India y Brasil juntos. Pero la demagogia de los xenófobos se ha impuesto y los británicos han votado por el Brexit. De las generales españolas saldrá un gobierno, pero no con mayoría absoluta y un mandato para mantener el rumbo actual y salvaguardar nuestro crecimiento (3,4% el primer trimestre a nivel anual). En las presidenciales y legislativas francesas entre abril y junio del 2017, la derecha moderada debería apoyar a un candidato de consenso para frenar el auge del Frente Nacional, y Hollande debería dejar paso a Valls para modernizar el socialismo francés. Merkel aspirará a un tercer mandato con el apoyo de los liberales o nuevamente con los socialdemócratas, pero estos quizás abandonen su política de no alianza a nivel federal con los excomunistas por la irrupción de Alternative für Deutschland, que cuenta con representación en muchos länder y ha optado por un mensaje xenófobo. En los Paísos Bajos alguna combinación de democristianos, socialdemócratas y liberales constituirá una coalición, pero el extremista Wilders se mantendrá. España es un país sociológicamente de izquierdas que empatiza con la inmigración. Pero en el resto de Europa demasiadas personas creen que el inmigrante les arrebata empleos, abusa de las prestaciones sociales y genera criminalidad. Por incierta que sea dicha percepción, hay que combatirla con proyectos e ideas. En caso contrario los partidos extremistas continuarán ganando adeptos.