El arte se da un chapuzón
Las calles de varias ciudades europeas se llenan de la obra de un misterioso artista: Blub
El estrés del viajero nació en Florencia. Fue exactamente en 1817 cuando Henri-Marie Beyle, que firmaba con el seudónimo de Stendhal, describió las fuertes sensaciones que tuvo tras visitar la basílica de la Santa Croce. Desde entonces, a los vértigos, temblores, palpitaciones y hasta sensaciones de alucinación que se tienen al visitar obras especialmente bellas o lugares muy atractivos se le llama síndrome de Stendhal o síndrome de Florencia.
En la capital de la Toscana, que durante seis años llegó a ser también la capital del reino de Italia, surgió el Renacimiento. Allí mandaron los Medici y trabajaron artistas como Giotto, Brunelleschi, Donatello o Cimabue. También vivieron en la ciudad Miguel Ángel y Leonardo Da Vinci, que llegó a probar sus inventos voladores desde las colinas de Fiesole, desde donde hay unas vistas espectaculares a la ciudad, cuyo centro es, desde 1982, patrimonio de la humanidad declarado por la Unesco.
Hace ahora 50 años, un río Arno totalmente desbordado inundó la ciudad y provocó uno de los peores desastres de la región, con cerca de 40 muertos, numerosos daños materiales y un buen número de obras de arte afectadas o totalmente perdidas. En muchos edificios de Florencia es habitual ver pequeñas placas que indican hasta qué altura llegaron las aguas del río. Además de esta señalización, desde hace unos tres años, una particular forma de entender el arte se ha ido extendiendo por toda la ciudad: reproducciones de cuadros e imágenes clásicas aparecen en puertas, mobiliario urbano y fachadas de casas con una peculiaridad: lucen gafas de buceo. Al pie, únicamente dos pistas: la frase “l’arte sá nuotare” (el arte sabe nadar) y una firma: Blub.
Blub es una persona discreta, difícilmente accesible. Sólo se comunica a través del correo electrónico y lo hace en italiano de un modo neutro, puesto que no quiere definir su edad o sexo: “Todo nació en el pueblo de Cadaqués hace unos años. Unos amigos me pidieron que pintase algo en una tapa de contadores en la calle, frente a su casa, pues es habitual que algunos artistas locales lo hicieran y querían tener un recuerdo mío”, relata Bulb recordando su estancia en el Alt Empordà. “No tuve ninguna inspiración hasta que desde la terraza del Bar Boia, a pie de playa, vi al un hijo de mis amigos que venía caminando con las gafas de buceo puestas, una imagen que contrastaba con el resto de la gente que paseaba por Cadaqués”.
Allí dibujó a Dalí con gafas de buceo pensando en el arte y el mar, quedándose con la frase “el arte sabe nadar”. Esa imagen ya forma parte del paisaje del pueblo. Al regresar a Florencia seguía con la idea del buceo en mente, aunque quiso acercarlo más a la historia de la ciudad creando una serie renacentista. La Gioconda de Da Vinci fue el primer dibujo que preparó en la Toscana. Después le siguieron muchos más por diferentes zonas del centro. “Me gusta estar en la calle, aunque respeto las fachadas. Principalmente instalo mis obras en puertas metálicas o de plástico de los contadores de la luz. ¡Están en todas partes y ahora están mucho más chulos!”, argumenta.
Además de un buen número de personajes que aparecen en cuadros del Renacimiento, a los que les ha colocado sus correspondientes gafas de buceo y en ocasiones burbujas, por Florencia también puede verse a Verdi, Shakesperare, o a actores del cine italiano de los años cincuenta y sesenta como Marcello Mastroiani y Anita Ekberg besándose tal y como se recuerda en La dolce vita de Fellini… pero bajo el agua, con máscara y burbujas.
“La vida es curiosa. Si no hubiera ido al Empordà aquellos días, probablemente
Todas las figuras de la serie ‘El arte sabe nadar’ lucen gafas de buceo, una idea que nació en la playa de Cadaqués
nunca hubiera pintado en la calle, ni allí ni en Italia, soy lo que se denomina un ‘artista callejero’ por casualidad”, apunta, mientras que al comparársele con Banksy dice con humildad que ese sí que es un enorme artista. “Banksy es mundial, yo sólo estoy en Roma, Londres, Cadaqués, Florencia... y he hecho una exposición colectiva en Bruselas”.