El refugio portugués de Jacqueline Kennedy
Setúbal intenta salvar el Palácio da Comenda
Santiago de Compostela
A sólo 50 kilómetros al sur de Lisboa, en las inmediaciones de Setúbal, el parque natural de Arrábida ofrece la majestuosidad de una intacta sierra de flora mediterránea sobre el Atlántico, junto al estuario del río Sado. Encima de una de las paradisíacas playas se halla el Palácio da Comenda, el lugar que según la prensa portuguesa sirvió de refugio a Jacqueline Kennedy tras el asesinato de su marido John Fitzgerald Kennedy en Dallas, el 22 de noviembre de 1963. El imponente edificio, construido a principios del siglo XX, también acogió al escritor Truman Capote y a Lee Radziwill, la hermana de Jackie. Fueron huéspedes de una familia de origen francés, los Armand, que eran entonces los dueños de un inmueble que, pese a su acusado abandono, está a la venta a través de los portales inmobiliarios de internet por entre 45 y 50 millones de euros.
Ante la falta de compradores y el alarmante deterioro, producto del pillaje y de los actos vandálicos, el ayuntamiento de Setúbal inició en febrero los trámites para declarar el Palácio da Comenda como bien de interés municipal, el primer paso para intentar conseguir la máxima protección dentro del patrimonio portugués.
Desde la década de 1980 el considerado refugio luso de Jackie Kennedy es propiedad de la familia del ya fallecido emse
LA DECADENCIA presario Xavier de Lima. Hace unos años que la finca ya no tiene guarda. El que se encargaba de esta función en 1990 mostró al periódico local O Setubalense la habitación en la que según él alojó Jacqueline Kennedy, buscando la discreta tranquilidad de la sierra de Arrábida, junto a sus hijos, justo después del magnicidio de Dallas. Como afirmó el diario Público de Lisboa trataba de calmar el dolor “en la paz única de Arrábida”.
O Setubalense informó en sus páginas en julio de 1965 de la presencia en el palacio da Comenda de Truman Capote y de Lee Radziwill, como huéspedes de la familia Armand.
Según el ayuntamiento de Setúbal la primera construcción en la zona fue una factoría de salazón durante la dominación romana, a la que siguió una torre de vigilancia medieval y otra construcción del siglo XIX. En 1872 adquirió la propiedad el diplomático francés Abel Henri Armand, quien le encargó la edificación de un palacete a un joven arquitecto portugués, Raul Lino, que empezaba a destacar a inicios del siglo XX y que después sería el autor de una vasta obra que incluye el teatro Tivoli de Lisboa. Su cliente le sugirió que pasase una noche en la quietud de la sierra de Arrábida, bajo la luz de la luna, para inspirarse. El resultado fue el proyecto de 1903 del Palácio da Comenda, de cinco plantas y más de una veintena de habitaciones, con espectaculares vistas.
Del esplendor del pasado queda la silueta del palacio sobre la playa y sus vistas, mientras en el interior resulta notorio el deterioro y el pillaje, que hizo desaparecer parte de los azulejos que decoraban las paredes.
En los portales inmobiliarios de internet se asegura que el edificio reúne las condiciones ideales para un proyecto de hotelería de lujo de la mayor calidad internacional. Sin embargo, hace ya tiempo que está a la venta sin que aparezca un comprador que satisfaga las pretensiones de los actuales propietarios.
La alcaldesa de Setúbal, Maria das Dores Meira, del Partido Comunista Portugués, ha expresado su preocupación por el estado de ruina del palacio, lo que provocó que el ayuntamiento iniciase los trámites para protegerlo.
La viuda de JFK reposó en el palacete tras el magnicidio, según la prensa lusa
Se vende en internet por 45 millones de euros y está sin vigilancia, abandonado