La Vanguardia

Hamilton ríe el último

El inglés supera a Rosberg con un adelantami­ento al límite en la última vuelta en el que se tocaron

- TONI LÓPEZ JORDÀ Barcelona

“¡Grande Hamilton! Hacía tiempo que no me levantaba del sofá con la F-1”. El tuit de Marc Márquez, observador de la carrera austriaca desde su casa, sintetiza la emoción del desenlace de muy alta tensión que se vivió ayer en Spielberg. Un duelo ardiente entre los dos pilotos de Mercedes que recordó las trifulcas entre Senna y Prost, con toque incluido. En esta ocasión, el pulso cayó del lado de un Lewis Hamilton incisivo, que desquició a un Nico Rosberg que se pasó de agresivida­d y acabó cediendo tres puestos y 13 puntos en el liderato.

El puñetazo de rabia de Toto Wolff, el jefe de Mercedes, al ver descolgars­e el alerón delantero del coche de Rosberg ilustraba el estado anímico de la escudería de la estrella: ya la volvemos a tener liada. Se recrudecía la guerra civil latente entre sus pilotos. Bendita filosofía de trato igualitari­o que permite estas bellas batallas que levantan del sofá.

El espectacul­ar final de carrera fue la guinda a una prueba movida que, sin la necesidad del efecto lluvia, dejó un violento accidente de Sebastian Vettel al estallarle un neumático a más de 300 km/h, permitió ver a un McLaren rodar en quinta posición –el de Jenson Button– y una sensaciona­l remontada de Rosberg desde la sexta plaza hasta el liderato.

Pero el momento más intenso se vivió con la persecució­n final de Hamilton a su vecino, 16 vueltas de perseveran­cia del inglés en busca de una victoria que se le presentaba complicada, porque Rosberg la tenía encauzada. Y más cuando el inglés había perdido el mando tras el primer pit-stop (v.21), en una parada en la que se encalló el cambio de la rueda trasera izquierda y perdió unos 2 segundos. Un tiempo precioso para que Rosberg diese el sorpasso, después de haber escalado cuatro casillas desde la 6.ª pintura de la parrilla. Así, Nico se hizo con el liderato en la vuelta 27 al estrellars­e Vettel en la recta –le reventó una rueda al alargar demasiado la vida de la goma ultrabland­a– y el alemán de Mercedes empezó a cabalgar a por la victoria. Aunque con Lewis siempre al acecho, con un buen ritmo, sin ceder más de 2s de distancia.

El tercer pit-stop de los Mercedes, próximo al final (v.54 y 55), sería prácticame­nte decisivo. Rosberg sabía que le iba media victoria. Salvó el primer puesto con una parada 0,5s más rápida que la de Lewis, que, además, cometía otro error al irse largo en la curva 2 y retrasarse 1,2 segundos. Sin embargo, en esas 16 vueltas últimas, Lewis apretó los dientes y, tras salvar el obstáculo de Verstappen, fue repelando décimas a Rosberg giro a giro. Así, a falta de cuatro vueltas, Hamilton ya tenía al Mercedes número 6 en su punto de mira, a 4 décimas. El zarpazo letal lo lanzó en la última vuelta.

Hamilton buscó el hueco por el exterior, se emparejaro­n los bólidos rueda con rueda, y Rosberg, viéndose superado, le quiso cerrar el camino. El alemán forzó al inglés a irse hacia la escapatori­a y los coches se tocaron lateralmen­te. Nico se llevó la peor parte. El alerón delantero se le descolgó y un par de curvas después Hamilton adelantaba fácilmente al alemán, que iba perdiendo velocidad, superado también por Verstappen y Räikkönen, que cerraron el podio detrás de Hamilton.

“Ya hablaremos después de la carrera”, advirtiero­n al inglés por radio. Comenzaba la otra pelea, en el cuartel de Mercedes. Lewis se defendió: “Yo estaba por fuera, así que no fui yo el que chocó”, argu- mentaba a su equipo. “Nico cometió un error en la primera curva, donde se fue largo. Yo pude acercarme más, él me bloqueó por dentro y se fue largo otra vez. Cuando le empezaba a rebasar, él estaba en el límite de la pista y chocó conmigo”, explicó gráficamen­te Hamilton, que se armaba de razón desvelando que Rosberg tenía problemas de frenos, según le habían soplado sus mecánicos.

Dirección de carrera abrió una investigac­ión y acabó haciendo culpable a Rosberg del toque. Le sancionó con 10 segundos añadidos –que no afectaron su posición– y una reprimenda por conducción peligrosa al no parar el coche con el alerón descolgado.

El alemán, que se quedó sin victoria y con menos ventaja en el liderato, además de ser vencido en el duelo directo por su máximo rival, discrepaba de la culpabilid­ad en la acción. “El perjudicad­o he sido yo. Él ha ganado la carrera, yo no. Si Lewis no hubiera girado hacia mí, no habríamos chocado. Yo estaba por dentro y defendí mi posición dejando espacio en todo momento. El problema de frenos no me afectó en esa frenada. Me sorprendió mucho que Lewis girase hacia mí y causase la colisión”, se defendía el líder, que ha visto cómo su rival le ha recortado 32 puntos en las últimas cuatro citas.

En Mercedes, Wolff no sabía qué cara poner. “Ha sido un incidente estúpido”.

HAMILTON CULPA AL ‘VECINO’ “Nico se fue largo, cuando le empezaba a adelantar él estaba en el límite de la pista y chocó conmigo”

ROSBERG SE DEFIENDE “Si Lewis no hubiese girado hacia mí no habríamos chocado; yo estaba por dentro y defendí mi puesto”

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FORMULA1.COM Momento de la colisión entre Hamilton (en primer plano) y Rosberg (detrás), en la última vuelta, en la que el inglés superó al alemán
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