La Vanguardia

La banca italiana se hunde en bolsa por un posible rescate

Renzi busca en Bruselas una salida que evite la quiebra del sistema financiero

- LALO AGUSTINA

La banca italiana se hundió ayer en bolsa ante la preocupaci­ón por cómo las entidades financiera­s van a hacer frente a sus necesidade­s de capital. El mercado descuenta que va a producirse un rescate con dinero público o una recapitali­zación con cargo a los accionista­s o los acreedores.

La banca italiana se desangró ayer en bolsa a causa de la preocupaci­ón sobre la forma en la que las entidades financiera­s van a hacer frente a sus ingentes necesidade­s de capital, necesarias para limpiar sus balances. Monte dei Paschi, el banco más antiguo del mundo y el tercero mayor de Italia, se desplomó un 14% tras conocerse que el Banco Central Europeo (BCE) le ha conminado a reducir en 10.000 millones su cartera de créditos morosos. La desconfian­za en el banco, que ya vale menos de 1.000 millones en bolsa, es mínima: cotiza a apenas 0,1 veces su valor en libros, es decir, con un descuento del 90% sobre su valor contable. Las acciones han caído este año un 73%.

Ayer, el enfermo empeoró. El Monte dei Paschi fue suspendido de cotización en bolsa para que aclarara la informació­n de La Repubblica, que desveló la exigencia del BCE sobre un nuevo plan a tres años para sanearse. La suspensión también afectó a Unicredit –el primer banco del país–, Banca Popolare Emilia Romagna y UBI Banca. Sin llegar al extremo de Monte dei Paschi, el mercado se ha cebado también con estos bancos que cotizan a 0,21 veces su valor en libros (Unicredit y UBI) y 0,28 veces (Banca Popolare). A efectos comparativ­os, toda la banca española –asimismo, muy castigada este año– cotiza entre 0,5 y 0,7 veces su valor en libros con la única excepción del Popular (0,24), que acaba de realizar una macroampli­ación de capital de 2.500 millones.

La situación de la banca italiana es excepciona­lmente grave y tanto el Gobierno de Matteo Renzi como la Comisión Europea y el BCE están tratando de encontrar una salida que evite la quiebra del sistema financiero. El pasado viernes, Bruselas autorizó a Italia a conceder un sistema de garantías públicas a sus bancos para cubrir medidas de liquidez de forma preventiva. La Comisión dijo que no espera que las garantías tengan que utilizarse y negó que exista un vínculo alguno entre este sistema de garantías y una recapitali­zación pública.

Ahora, el mercado descuenta que va a producirse algún tipo de rescate con dinero público o una recapitali­zación masiva del sector con cargo a los accionista­s o los acreedores. Obviamente, cualquier ampliación de capital en una entidad que cotiza a 0,1 o 0,2 veces su valor en libros implica una dilución brutal para sus propietari­os. Por eso, todos los actores implicados en la operación andan con pies de plomo a la hora de explicar el camino que se va a tomar.

La banca cotiza en bolsa con descuentos del 80% y del 90% de su valor en libros, anticipand­o lo peor

“Puedo confirmar que estamos en contacto con las autoridade­s italianas”, afirmó ayer el portavoz comunitari­o de Competenci­a, Ricardo Cardoso, en una rueda de prensa. “Basándonos en los precedente­s, hay varias soluciones que pueden aplicarse y que cumplirían completame­nte con las reglas europeas sobre liquidez y falta de capital de los bancos sin que tenga efectos negativos en los inversores minoristas”, añadió el portavoz.

Bruselas tiene la obligación de hilar muy fino con los bancos italianos porque es la primera vez que tiene que abordarse una crisis sistémica desde que entró en vigor la llamada unión bancaria. Tras los rescates masivos del 2008 y 2009, justo después del derrumbe general en las finanzas globales que siguió a la quiebra de Lehman Brothers, Europa decidió que debían terminar los rescates de bancos con dinero público sin que antes asumieran

La Comisión dice que hay soluciones que pueden adoptarse sin afectar negativame­nte a los inversores

una parte importante de las pérdidas los accionista­s y acreedores. La banca italiana no puede recibir, al menos en teoría, ni un euro del Estado.

El Gobierno de Renzi lo sabe, pero también habla de excepciona­lidad por el daño que el Brexit ha producido en sus bancos, mucho más afectados que el resto. La banca ha arrastrado a la bolsa de Milán, que pierde una cuarta parte de su valor desde enero, más del doble que la media de las bolsas europeas y diez puntos más que la española. A pocas semanas de las pruebas de solvencia al sector financiero en Europa, Italia y la Comisión tienen toda la presión para resolver de una vez el asunto. Y el mercado anticipa que la situación será tremendame­nte dolorosa para los accionista­s.

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GIUSEPPE CACACE / AFP Sede del Monte dei Paschi en Siena

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