La alta costura de Dior abre la Semana de París
El desfile de Alta Costura de París, un nuevo punto de inflexión para la ‘maison’
Esperando a que se resolviera por fin la gran incógnita. Ansiosos por ver, más que la colección siempre aplaudida con que Christian Dior se supera año tras año en la Semana de la Alta Costura de París, quién salía a saludar. Quién firmaba la nueva propuesta... Porque el de ayer podía haber sido el desfile con que la maison anunciara, por fin, a su nuevo director creativo tras seis largos meses en que Lucie Meier y Serge Ruffieux han mantenido su papel (prestado después de la inesperada marcha de Raf Simons en diciembre del 2015) como rostros visibles.Y así, con el rumor, o la certeza para muchos, que señala a Maria Grazia Chiuri como nueva responsable de la emblemática casa por fin llegó el gran día y la cita de incondicionales que, como Natalia Vodianova y Marion Cotillard y hasta Céline Dion, querían vivir en primera persona el nuevo golpe de timón de la emblemática firma.
La propuesta en blanco y negro, con chaquetas Bar y vestidos inspirados en los famosos Première soirée de los años 50, que señalan un presunto movimiento minimalista que está por llegar, sin duda marcó un punto de inflexión en esta firma decidida a recuperarse tras un año delicado (el ejercicio 2015 concluyó con un resultado neto de 4.074 millones de euros, un 33% menos que el año anterior). Y aunque no fue Chiuri quien salió a recoger los aplausos –ahora se entiende que la diseñadora esperará al 7 de julio, cuando Valentino, su actual firma, haya hecho su desfile–, hubo otro mensaje de cambio: el hecho de que la pasarela se dispusiera en el número 30 de la avenida Montaigne, el apartamento que perteneció al mismísimo Christian Dior y donde celebró su primera presentación en 1947.
Más allá de las incógnitas que Dior se ha acostumbrado a dejar en el aire (antes de anunciar a Simons también hubo un largo vacío de poder tras el cese fulminante de John Galliano), la Semana de la Alta Costura de París desplegó una vez más el surrealismo de Schiaparelli. La firma reinterpretó la famosa colección Circus creada en el verano de 1938 con una propuesta que incluyó un vestido joya con inspiración en las esculturas de la serie Circo de Calder y la reconstrucción del motivo del arlequín en dégradé bordado multicolor.
Y aunque no fue ayer sino hace ya dos días, pocos se habían recuperado del espectacular guiño irónico con que Demma Gvasalia abrió fuego el domingo. Porque este creador irreverente por encima de todo (que acudió no como director creativo de Balenciaga, sino como creador de Vêtements) aprovechó la invitación cursada por los organizadores de la Semana de la Alta Costura de París para
Maria Grazia Chiuri podría tomar el jueves las riendas de la firma, tras el desfile de Valentino
darle una vuelta de tuerca a su capacidad de provocar. Para ello construyó en la galerías Lafayette un desfile a base de colaboraciones con marcas streetwear como Levi’s o Eastpak y dando especial protagonismo al chándal (eso sí, de terciopelo en rosa estridente y firmado por Juicy Couture).