Políticos y policías tiran la toalla con el ‘top manta’
Estos días se diseñará un nuevo dispositivo policial para ahuyentar a los manteros del Port Vell
Diseñar un operativo policial en la primera semana de julio es todo menos operativo. A estas alturas del verano las distintas administraciones ya asumen su absoluta impotencia ante el conflicto enquistado del top manta en el Port Vell de Barcelona. Esta semana se celebrarán dos encuentros, uno más político y otro policial, para diseñar un plan de choque que nace con el modesto objetivo de no poner las cosas fáciles al cerca de millar de manteros que a diario convierten el lado mar del paseo Joan de Borbó en un vergonzoso zoco ilegal.
El pasado abril, Guardia Urbana, Mossos y Policía Portuaria ya establecieron un operativo que logró ahuyentar a los vendedores del Port Vell. Pero la situación, solo tres meses después, es distinta. Sólo hay un factor que se podría decir que ha mejorado y es que ahora ninguna de las administraciones afectadas pierde el tiempo en despotricar contra otras y todas asumen que el top manta ya no es únicamente un problema de Barcelona. Ahora se percibe en los interlocutores mucha más voluntad de arrimar el hombro de manera coordinada. Aunque quizá ya es muy tarde.
Sólo en el Port Vell cerca de un millar de personas comercializan todo tipo de mercancías. Ante ese volumen de vendedores es imposible planificar una actuación policial a la luz del día. Cualquier intento de incautarse de material ilegal desataría un conflicto de orden público de consecuencias más graves que el problema que se quiere solucionar. De ahí que en la última semana se pueda ver junto a los manteros a guardias urbanos, mossos o policías portuarios contemplando el espectáculo sin intervenir.
El operativo policial que Guardia Urbana, Mossos y Portuaria pondrán en marcha esta semana pasa por impedir que los manteros se instalen en el paseo. Se pretende ocupar el espacio antes que ellos. Una estrategia que no resultará sencilla a estas alturas. El número de vendedores que ansía plantar su manta en unos metros cuadrados del paseo es tan elevado que hay gente que hace noche en la zona para guardar los mejores sitios. Esa maniobra de reserva de los puntos de venta tiene un precio que algu- nos se encargan de controlar.
En otras palabras, hay ya en el Port Vell actitudes mafiosas dentro de un colectivo que empieza a ganarse la antipatía y enemistad de unos vecinos que mayoritariamente acogieron a los manteros con cierta comprensión. Seguramente pagan justo por pecadores, pero la escena de manteros discutiendo con vecinos que, como pueden, intentan
LA ESTRATEGIA El operativo pretende ocupar el espacio que ahora acaparan los vendedores LA ADVERTENCIA Ada Colau se verá hoy con el Síndic, que en febrero ya alertó de los entramados mafiosos
pasear por su barrio sorteando mantas ha hecho mella en esa relación. Otro ejemplo de esa agresividad la vivió este pasado fin de semana un fotógrafo de La Vanguardia que resultó agredido por un mantero en Cambrils, cuanto documentaba la situación del top manta en la localidad. El agresor fue detenido ayer por los Mossos acusado de tres delitos: robo con violencia, lesiones y delito contra la propiedad industrial (le fue incautada la mercancía que llevaba). La semana pasada Vicenç Forner, vecino emblemático de la Barceloneta, describía en su Facebook otro incidente con unos manteros y advertía con preocupación del cansancio y hartazgo de los vecinos del barrio.
Otro elemento que tener en cuenta y que dificulta el diseño de ese dispositivo policial son las vacaciones de las diferentes plantillas policiales. Por convenio, en julio y agosto la Guardia Urbana se queda con el 60% del personal. Pero los problemas se multiplican. El equipo de la alcaldesa Ada Colau pretende abrir un debate cuanto antes con los sindicatos de la policía local para enmendar esa situación. “Nadie entendería que la mitad del personal de un hotel de costa se fuera de vacaciones en agosto”, reflexiona un