La decepción corsa
“En Francia sólo hay una lengua oficial”, subraya el primer ministro
El Gobierno de Córcega reaccionó con decepción al discurso del primer ministro francés, Manuel Valls, quien rechazó públicamente cualquier acercamiento en cuestiones tan latentes en la isla como el idioma o la liberación de los presos independentistas.
En su primera visita como primer ministro a Córcega, Manuel Valls ha decepcionado al rechazar el grueso del consenso insular expresado en los llamados cinco puntos: cooficialidad de la lengua corsa, un estatuto fiscal y de residencia contra el ladrillo, la mención de Córcega en la Constitución de la República Francesa, y una amnistía para los presos políticos.
“La República sólo tiene una lengua oficial, el francés, y no revisaremos ese principio”, dijo Valls en su discurso ante la Asamblea de Córcega. Respecto a los 23 presos políticos, un colectivo que incluye desde condenados a perpetuidad por terrorismo como Yvan Colonna, juzgado por el asesinato, en 1998, del prefecto Claude Erignac, hasta preventivos, el primer ministro dijo: “No hay en Francia presos que hayan sido detenidos por su opinión”.
“No ha estado a la altura de la situación”, dijo del discurso de Valls Gilles Simeoni, el presidente del Consejo Ejecutivo de la isla.
Tanto Simeoni (nacionalista) como Valls comenzaron sus discursos evocando la memoria de Michel Rocard, el ex primer ministro socialista fallecido el sábado y uno de los raros grandes políticos franceses desmarcados del jacobinismo local. Rocard, casado en segundas nupcias con una corsa y cuyas cenizas reposarán en la isla, “abrió una relación de confianza entre Córcega y el Estado”, dijo Simeoni. Relación que “ni la represión, ni los discursos autoritarios o la negación de la naturaleza política de la cuestión corsa nunca pudo establecer”.
“Treinta años después, cuando los nacionalistas han llegado al Gobierno (en diciembre), la sociedad ha evolucionado y la clandestinidad (el movimiento armado del FLNC) está desapareciendo definitivamente, podríamos haber esperado que Valls, que se reivindica de la tradición de Rocard, hubiera estado, por lo menos, a la altura de su predecesor”, dijo Simeoni.
Las cinco cuestiones del actual consenso corso tienen una doble legitimación, no sólo por la victoria nacionalista de diciembre (35% del voto), sino también por el voto con una mayoría aplastante del conjunto de la Asamblea de Córcega en mayo del año pasado que aunó a izquierda y derecha para ser luego refrendado por 150 ayuntamientos de la isla, cuyo tradicional condición pseudocolonial en la historia francesa fue reconocida por Rocard en su discurso de 1989, y mucho antes por Victor Hugo, que la caracterizó como una especie de “Irlanda de Francia”, en analogía con la Inglaterra de su tiempo y la calificó de “isla esclava”.
Con sus 320.000 habitantes, Córcega es hoy el territorio francés con más competencias. En 2018 tendrá una entidad administrativa unificada, que sin llegar a autonomía supone un progreso.
En su negativa a la cooficialidad, Valls apuntó más facilidades para la lengua. El objetivo de “ninguna clase sin lengua corsa” en primaria ya se ha cubierto, y hay 9.700 alumnos que estudian corso en la secundaria.
Sin reconocer el estatuto de los presos políticos ni la amnistía, prometió que “el Estado actuará con humanidad”, sugiriendo flexibilidad en materia de acercamiento de los presos encarcelados en el continente.
Nostalgia del fallecido Michel Rocard, cuyas cenizas reposarán en la isla, en los discursos en la Asamblea Corsa