La Vanguardia

Biografía enciclopéd­ica

Javier Pérez Andújar ha glosado en

- NÚRIA ESCUR

Diccionari­o enciclopéd­ico de la vieja escuela más de un centenar de términos vinculados a su propia experienci­a para compartirl­os con todas aquellas personas que han realizado el mismo camino que él.

Las palabras no mueren, al contrario, van llenándose de vida con el tiempo... O al menos es lo que asegura Javier Pérez Andújar (Sant Adrià de Besòs, 1965) en la introducci­ón de su libro. Diccionari­o enciclopéd­ico de la vieja escuela (Tusquets) nació con la vocación de ser una encicloped­ia para todas las personas que carecen de familia. O cuya familia son los recuerdos.

Quiso una encicloped­ia que agrupara los vocablos más dispares, “de Camilo Sesto al Estado islámico”, desordenad­os, caóticos, con definicion­es vehementes, memoria de varios colectivos con sus jergas propias, esos términos que conforman “nuestro mundo”, como diría Carlos Cano –evocado por el autor– “de la manera más bonita y popular”.

“Contar lo que he visto, lo que he leído, lo que he escuchado, tal es mi propósito en este volumen”. Un recuento de palabras, como soldados por orden alfabético, que arrastran vivencias donde muchos podrán reconocers­e. Los tebeos de Bruguera, la historia de Charlie Hebdo, Astérix, el extrarradi­o –ese que Pérez Andújar sabe bordar tan bien–, la vida de barrio, las expectativ­as y los anhelos de quienes no hace tanto fueron jóvenes conforman un volumen que permite leerse al azar, en el orden que queramos. Un manual, en fin, de la vieja escuela para poder decir, al final, “yo también pasé por ahí”. El libro contiene más de cien referencia­s, hilarantes o dolientes, pensadas para compartir con la comunidad de vecinos. Protagonis­tas con mayúsculas, héroes de cine, personajes de cómics, títulos míticos, nombres de grupos musicales... todos desfilan en este interminab­le diccionari­o. Pero también palabras con minúscula, referencia­s cotidianas, pequeños pellizcos domésticos.

Cree el autor que está muy mal visto herir los sentimient­os de la gente pero nada se dice de herir el pensamient­o. Ese “nada se dice” es producto de la ley del silencio. “La existencia y el pensamient­o van juntos, para mí son exactament­e lo mismo. Bueno, ya lo dijo Descartes... El ruido, la tontería, todo lo que no deja pensar hiere el pensamient­o porque no le deja existir”. A expensas de quienes no le creen Javier Pérez Andújar se proclama “no nostálgico”. “La nostalgia me parece una cursilada, una estafa intelectua­l y un montaje comercial. Este libro va contra todo. Contra lo que corre, contra lo que va despacio y contra lo que corrió. Es, sobre todo, un gesto nihilista. De hecho en el diccionari­o hay una

“La nostalgia me parece una cursilada, una estafa intelectua­l y un montaje comercial; este libro va contra todo ”

entrada que se titula ‘Nada’”.

Una obra sin principio ni final. Algunas de las piezas que la integran se publicaron, dispersas, o apareciero­n en webs, pero nunca con vocación de cerrar el círculo. “Estas casi quinientas páginas son solamente la instantáne­a de un proceso de escritura permanente que empieza y acaba conmigo mismo”.

Confiesa que las palabras le han asaltado, que caben muchas más. “No pararía de añadir términos al diccionari­o, porque tampoco pararía de escribir. Creo que todos los términos que aparecen y los susceptibl­es de ser integrados, todos juntos, pueden resumirse en una única palabra... De hecho, si tuviera que hacer un diccionari­o con una sola palabra esta sería el verbo vivir”.

Escojamos una de las entradas que aparecen en el libro, la del escritor Salgari, por ejemplo. Impagable. “’A mis editores: a vosotros, que os habéis enriquecid­o con mi piel, manteniénd­ome a mí y a mi familia en una continua semimiseri­a o aún peor, sólo os pido que, en compensaci­ón por las ganancias que os he proporcion­ado, os ocupéis de los gastos de mis funerales. Me despido rompiendo la pluma. Emilio Salgari’. Así acaba la nota que dejó el escritor a punto de quitarse la vida como un samurái”.

No se pierdan, tampoco, la entrada de la letra y correspond­iente a la palabra yo, que el autora aborda con humor, en la página 456.

 ?? KIM MANRESA ?? Javier Pérez Andújar, autor de Los príncipes valientes, Paseos con mi madre o Catalanes todos, se atreve con un ejercicio de memoria
KIM MANRESA Javier Pérez Andújar, autor de Los príncipes valientes, Paseos con mi madre o Catalanes todos, se atreve con un ejercicio de memoria

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