El PNV pone precio
El partido vasco enumera las condiciones para un posible acuerdo con el PP.
El gobierno vasco lleva tiempo alertando de que la sociedad de Euskadi ha pasado página con rapidez del pasado y que la agenda para cerrar las heridas de la violencia “envejece” a un ritmo acelerado. Por eso, el lehendakari Iñigo Urkullu reclama pasos a ETA y al gobierno español, a quien responsabiliza de “bloquear” el proceso de consolidación de la paz. Exige a la organización terrorista el desarme definitivo y su desaparición en el plazo máximo de un año. También pone deberes al ejecutivo de Mariano Rajoy para que, de forma inmediata, acabe con la política de dispersión de presos y culmine las transferencias pendientes del Estatuto de Gernika, entre ellas, la competencia para la gestión de los centros penitenciarios.
Con estas palabras, Urkullu colocó ayer la carpeta de la paz y la convivencia bajo el foco del debate político ahora que el Partido Nacionalista Vasco (PNV) puede tener un papel relevante en la conformación de las mayorías en el Congreso. En una conferencia en El Escorial, en Madrid, el presidente autonómico dejó claro que estas cuestiones forman parte del paquete de propuestas que pondrán sobre la mesa para dialogar, tal como defendieron durante la campaña electoral del 26-J, al lado de las políticas de reactivación económica y la nueva relación entre Euskadi y el Estado. Con respecto al autogobierno, el presidente vasco dejó claro que su referente es Escocia y la consulta legal y acordada. Uno de los principios que guían su gestión, y que ayer reivindicó, es la necesidad de buscar el consenso entre diferentes en una sociedad compleja.
La reflexión de fondo del lehendakari es que “ETA y el gobierno español no han dado los pasos que cabría esperar” y que ha tocado a su gobierno y a la sociedad vasca llenar este hueco. Su equipo ha impulsado, entre otras iniciativas, el instituto de la memoria Gogora, informes sobre el alcance de la violencia en Euskadi –uno de los últimos identifica 4.009 casos de tortura desde 1960– y leyes polémicas como la de reconocimiento de víctimas de la represión ilícita que se aprobará este mes y que el ministerio del Interior ya ha contestado. El ejecutivo del PNV considera, sin embargo, que otros actores tienen “asignaturas pendientes”, desde “la autocrítica política” de ETA y sectores de la izquierda abertzale hasta “cambios legales” en la política penitenciaria. A preguntas posteriores a la conferencia, Urkullu admitió que cuando ha reclamado movimientos a Rajoy dentro de la legalidad existente –por ejemplo, aprovechando la llamada vía Nanclares para la reinserción de los reclusos– se ha encontrado con una negativa que responde a razones de índole “interna”, refiriéndose a supuestos intereses partidistas del PP. “El proceso de pacificación llegó tarde y avanza más lento de lo que la sociedad querría”, alertó al mandatario vasco, quien, a pesar de todo, ve la paz irreversible después de casi cinco años desde el cese definitivo del terrorismo.
El líder vasco exige a la banda el desarme definitivo y su desaparición en el plazo de un año