El ciclista mediático
Peter Sagan, el líder del Tour, es un ‘showman’ que no deja a nadie indiferente
Vayan a YouTube y pongan “Sagan Grease”. Encontrarán un videoclip de unos tres minutos con una interpretación espectacular de Peter Sagan en el papel de John Travolta mientras su pareja hace de Olivia Newton-John. No les decepcionará. Y es que Sagan es especial. El ciclista mediático. El animador de todas las fiestas.
Jueves de la semana pasada, hotel de concentración del Tinkoff. Contador acaba su cita con la prensa, monótona, convencional. Llega Sagan. En dos respuestas ya ha provocado la risotada general. Primera pregunta: ¿cuáles son sus ambiciones? “¿Mis ambiciones? ¿Pero en el Tour o en la vida?” Segunda: ¿en qué ha mejorado respecto del año pasado? “¡Que tengo los cojones todavía más grandes!”.
Peter Sagan (Zilina, Eslovaquia, 1990) debutó en el ciclismo profesional a los 20 años Era un chico tímido que bajaba la mirada delante de un periodista. Pero por dentro escondía un volcán en erupción. De crío empezó haciendo carreras de BTT, siempre con un objetivo: pasárselo bien. “Una vez –recordaba su padre recientemente en L’Équipe– tenía la bicicleta rota y para poder correr se pasó la noche trasteando la de su hermana, una bici de cuatro duros que habíamos comprado en el súper. Ganó”. Y más: “Una carrera por la Copa de Eslovaquia de BTT. Tenía opciones, y yo me situé un kilómetro después de la salida del circuito. Pero no pasó con los primeros. Esperé y nada. Peter no aparecía. Fui a buscarlo y lo encontré en el suelo, llorando, con la rodilla pelada. Lo sacudí un poco, lo subí a la bici y le dije que hiciera el favor de correr. Fui a la meta, pensando que haría el 20 o el 25, ¡y lo veo pasar la última subida codo con codo con el campeón! ¡Lo batió al sprint!”.
Sagan es el actual campeón del mundo de carretera. Ha ganado 5 etapas del Tour. Es el actual líder. Pero mantiene el espíritu libre: “En este punto de mi carrera lo que me gusta es disfrutar del ciclismo”, comenta. “El truco de los campeones es tomar las cosas como vienen”.
Volvamos al jueves de la semana pasada. Por la noche, fiesta de presentación de equipos, una ceremonia que el Tour monta cada año en las poblaciones donde empieza la carrera. Cuando llega el turno del Tinkoff, el presentador, que sabe quién tiene delante, ofrece el micro a Sagan. “Toma, presenta tú mismo a tus compañeros”. Y Sagan replica: ¿“Yo? ¡Pero si no sé ni cómo se llaman!”. Carcajada general. Luego acepta el reto y bromea de todos los colegas. En Eslovaquia, donde es un ídolo popular, no tienen ninguna duda: podría presentar cualquier show televisivo. Es rápido e incisivo: Dicen que eres el Ibrahimovic del ciclismo... “¿Ibrahimovic? ¿Quién es?”
Ojos claros, mirada penetrante, una media sonrisa permanente, pelo extremadamente largo para un ciclista, un look de Jesus Christ Superstar rodea a Sagan allí donde va.
En el pasado ha exhibido su dominio de la bicicleta y su talento de showman. Como en el Alpe d'Huez, Tour 2013, cuando subía con la rueda delantera levantada y sin manos, mientras los espectadores enloquecían. También tratando de bajar la visera de la gorra a Froome en medio de una entrevista, firmando autógrafos en el pecho de una admiradora... o pellizcándole el culo a una azafata en el podio. Sus gracias tendrán más o menos acierto, pero no es de los que dejan indiferentes. También lo pueden encontrar en internet en una imitación bastante entonada de Forrest Gump y la célebre escena de los bombones de chocolate: “La vida es como una caja de bombones, no sabes nunca lo que te tocará”.
Un día dijo que soñaba ganar el Tour de Flandes. Ya lo tiene. También que quería el maillot verde del Tour. Ya tiene cuatro. ¿Y ahora? Su reto inmediato es defender los colores de Eslovaquia en los Juegos Olímpicos de Río... en BTT.
Su imitación de Travolta en ‘Grease’, o de Tom Hanks en ‘Forrest Gump’, triunfa en internet Empezó en BTT y ahora quiere defender los colores de Eslovaquia en Río en esta especialidad