La gestión de Vueling
Leí con satisfacción el editorial de ayer de La Vanguardia “La crisis de Vueling” (5/VII/2016) en el que se reclaman medidas por parte de Vueling para corregir la situación que perjudica a muchos usuarios. Sin embargo, me sorprende la valoración positiva de la gestión de la compañía en el pasado. Estos días se está repitiendo lo que ya sucedió en veranos anteriores. Me dejaron colgado en dos vuelos hace un año y en otro hace dos años, siempre en los meses de julio y agosto. Vender más vuelos y billetes de los que razonablemente pueden manejar no parece una decisión equivocada de este año, sino un elemento de la estrategia de la empresa para maximizar sus beneficios. Tampoco es nueva la mala atención a los pasajeros. Cuando he reclamado, su servicio de atención al cliente me ha aclarado que las cancelaciones y retrasos se han debido a causas no imputables a la compañía, y al insistir en preguntar cuáles fueron esas causas me respondieron que sólo están obligados a dar explicaciones a la autoridad correspondiente si se las solicita.
Confío que la respuesta de las instituciones públicas y de los medios de comunicación sea proporcionada al problema creado y que velen para que la planificación futura no caiga en los mismos errores. Es cuestión de ética. ALBERTO RIBERA Barcelona